Los republicanos y demócratas del Senado y la Casa Blanca llegaron a un acuerdo el miércoles de madrugada sobre un plan de estímulo de 2 billones de dólares para relanzar la primera economía del mundo, duramente golpeada por la pandemia de COVID-19.
El texto de consenso fue alcanzado tras cinco días de arduas negociaciones sobre una propuesta del gobierno de Donald Trump, mientras el brote del nuevo coronavirus dejaba cada vez más enfermos y se cobraba más vidas, acelerando la suspensión de las actividades en todo el país y aumentado la presión para tener un plan para mitigar las consecuencias económicas.
«Por fin, tenemos un trato», dijo el líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, desde el hemiciclo, evocando un «nivel de inversión de tiempos de guerra».
«Después de maratónicas negociaciones tenemos un acuerdo bipartidista sobre el paquete de rescate más grande en la historia de Estados Unidos», dijo poco después el principal demócrata en el Senado, Chuck Schumer.
El plan, que busca brindar alivio de cientos de millones de estadounidenses afectados por la pandemia, deberá obtener la luz verde del Senado, y luego de la Cámara de Representantes, controlada por los demócratas, antes de ser promulgado por Trump.
«Aprobaremos este texto más tarde hoy (miércoles)», prometió McConnnell.
El Senado prevé reanudar sus sesiones al mediodía.
Tras conocerse el acuerdo, la Bolsa de Tokio subió más del 8%, su mejor aumento porcentual desde 2008, en tanto los precios del petróleo también se recuperaban en Asia.
El martes, el optimismo sobre el avance del plan de rescate estadounidense tuvo un fuerte impacto positivo en los mercados. En Wall Street, donde las acciones perdieron un tercio de su valor desde febrero por la crisis sanitaria, el Dow Jones cerró en alza de 11,4%, el mayor incremento porcentual diario desde 1933.
El paquete de estímulo incluye ayuda financiera directa a los estadounidenses afectados por la crisis, otorga subsidios a pequeñas empresas y cientos de miles de millones de dólares en préstamos para grandes corporaciones, incluidas las aerolíneas, y amplía los beneficios por desempleo.
Además, prevé inyectar lo que Schumer llama «un Plan Marshall para hospitales», en alusión al programa de asistencia estadounidense para reconstruir Europa después de la Segunda Guerra Mundial.
– «Basta ya» –
El plan, negociado entre McConnell, Schumer, el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, y funcionarios de la Casa Blanca, era criticado por los demócratas, que argumentaban que priorizaba los intereses de las corporaciones sobre los de los trabajadores.
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«Mientras más tiempo tome, más difícil será reactivar la economía. Nuestros trabajadores sufrirán», advirtió.
El asesor económico de Trump, Larry Kudlow, coincidió.
«Necesitamos urgentemente esta ley para fortalecer la economía, inyectar liquidez y estabilizar los mercados financieros para superar este período difícil (…) pero también para posicionarnos para el repunte que, creo, podría llegar a finales de este año», afirmó en rueda de prensa en la Casa Blanca.
Desde que apareció en enero en Estados Unidos, el nuevo coronavirus causó la muerte de 796 personas, según el recuento de la Universidad Johns Hopkins.
Más de 55.000 personas están contagiadas, según la misma fuente.
Para evitar contagios que podrían hacer colapsar los hospitales, unos 100 millones de personas, casi un tercio de la población, ha sido llamada a permanecer en sus casas, provocando la suspensión de clases, el cierre de miles de negocios y el despido de millones de trabajadores.
Sobre la medianoche del martes, Mnuchin seguía en el Capitolio reunido con los líderes republicanos y demócratas, a pesar de la confianza expresada más temprano por McConnell y Schumer sobre una pronta resolución de las diferencias.
«Voten por este maldito texto. Dejen de negociar. Basta ya», dijo en la cámara el senador republicano Lindsey Graham, un aliado de Trump.
Ante los excesos de algunos beneficiarios corporativos del plan de rescate durante la crisis de 2008, los demócratas reclamaban una mayor supervisión de los préstamos para las grandes empresas, además del pago de salarios a los empleados despedidos y más recursos para los hospitales.
Nancy Pelosi, presidente de la Cámara de Representantes y líder de los demócratas en el Congreso, declaró el martes a CNN que «muchas de las disposiciones han sido mejoradas enormemente».
Pelosi sugirió incluso que el plan podría aprobarse por unanimidad en la Cámara Baja. Esto ahorraría tiempo al eliminar el debate y no requeriría a los legisladores, actualmente en receso, regresar a Washington a votar en medio de la crisis sanitaria.
Tres legisladores fueron diagnosticados con COVID-19 y al menos una decena están en cuarentena, impedidos por lo tanto de votar. AFP