Las fuerzas del régimen sirio, con el apoyo de Rusia, aliada suya, avanzaron en una ciudad clave de la provincia de Idlib gracias a una ofensiva contra esa región del noroeste del país, en la que 17 civiles, incluyendo niños, murieron el jueves.
Frente a la tragedia humanitaria causada por la intervención contra la región de Idlib y sectores limítrofes, que ganó intensidad desde diciembre, el Consejo de Seguridad de la ONU debía celebrar una reunión de urgencia este jueves.
El emisario de la ONU para Siria, Geir Pedersen, debía explicar la situación durante el encuentro, convocado a petición de Estados Unidos, Francia y el Reino Unido, según fuentes diplomáticas.
En dos meses, unas 586.000 personas tuvieron que abandonar sus hogares por los combates en la región, controlada parcialmente por grupos yihadistas y que también cuenta con presencia de rebeldes, según un nuevo balance de Naciones Unidas.
Turquía, que cuenta con tropas desplegadas en el noroeste de Siria, incluida Idlib -donde apoya a los rebeldes- instó al régimen de Bashar al Asad y a Moscú a interrumpir su ofensiva.
«Tras una jornada de combates y una contraofensiva de los rebeldes y de los yihadistas, las fuerzas del régimen tomaron el control de amplios sectores de la ciudad de Saraqib», en la provincia de Idlib, según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH).
La agencia oficial Sana confirmó que los combatientes progubernamentales entraron en Saraqib, donde efectuaban operaciones de «rastreo» y el «desmantelamiento de minas y de explosivos de los terroristas».
Según el OSDH, en Saraqib vivían 110.000 habitantes hace solo unos meses, pero hoy es una ciudad prácticamente desierta, tras meses de devastadores bombardeos. La ciudad está ubicada en el cruce de dos importantes autovías que conectan la ciudad de Alepo con la provincia costera de Latakia y con la capital del país, Damasco.
– «Frenar» al régimen –
Desde mediados de diciembre, los bombardeos del régimen y de Moscú en el noroeste de Siria mataron a más de 300 civiles, según el OSDH.
El jueves, 17 civiles, incluyendo menores, fueron abatidos, según un nuevo balance del OSDH. Diez perdieron la vida «en un bombardeo aéreo ruso en la periferia este de la ciudad de Idlib» y otros siete en otras partes de la provincia de Idlib o en la región vecina de Alepo, en tiros de artillería o bombardeos aéreos del gobierno o rusos.
Más de la mitad de la provincia de Idlib y de sectores aledaños de las provincias vecinas de Alepo, Hama y Latakia están controlados por los yihadistas del Hayat Tahrir al Sham (HTS, exrama siria de Al Qaida), aunque en la zona también están presentes otros grupos yihadistas y facciones rebeldes.
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Ankara, sin embargo, no mencionó que esté aportando ese apoyo.
El mando del ejército sirio también acusó en un comunicado a Turquía de haber desplegado tanques turcos al norte de Saraqib «para proteger a terroristas» y «obstaculizar el avance del ejército».
La tensión entre Damasco y Ankara se fue intensificando y, el lunes, los soldados sirios y turcos se enfrentaron en unos combates de una magnitud inédita en los que murieron una veintena de militares de ambos bandos, en el noroeste de Siria, según el OSDH.
«Esperamos que Rusia frene al régimen sirio lo antes posible», declaró este jueves el ministro de Relaciones Exteriores turco, Mevlut Cavusoglu.
El frente de Idlib representa la última gran batalla estratégica para el régimen, que ya controla más del 70% del territorio sirio, según el OSDH.
– Bombardeos atribuidos a Israel –
La guerra en Siria, que empezó en marzo de 2011 con la violenta represión de unas manifestaciones antigubernamentales, ha causado más de 380.000 muertos y millones de de desplazados. El conflicto fue ganando complejidad con la implicación de potencias regionales e internacionales.
En otro frente, unos bombardeos atribuidos a Israel fueron efectuados a primeras horas del jueves contra objetivos militares en la región de Damasco y en el sur del país, según medios estatales sirios.
Los ataques causaron 23 muertos, según el OSDH: «tres iraníes» y siete combatientes extranjeros miembros de las milicias proiraníes fueron abatidos en Kesswa, al sur de Damasco; ocho soldados sirios fallecieron cerca de la capital y cinco combatientes sirios de una facción proiraní murieron en Deraa (sur).
En Israel, un portavoz militar no quiso hacer comentarios sobre estos ataques.
Desde el inicio del conflicto en Siria, Israel realizó un centenar de ofensivas contra el ejército sirio y también contra grupos armados vinculados con Irán y con el movimiento chiita libanés Hezbolá, aliados del gobierno de Bashar al Asad y enemigos acérrimos de Israel. AFP