Al enfrascarse en una pelea con México, el presidente estadounidense Donald Trump pone de malas a un socio estratégico que podría responder con una guerra comercial y una menor cooperación para contener la inmigración ilegal, advirtieron analistas.
Trump desató el enojo de los mexicanos con su insistencia de que ellos pagarán por el multimillonario muro que se propone construir en la frontera.
Este desencuentro ha conducido a la mayor crisis diplomática en décadas entre estos vecinos.
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El historiador mexicano Enrique Krauze va más allá y en declaraciones a la cadena Televisa describió a esta crisis como «la más delicada que hemos tenido desde hace 170 años, desde la guerra» entre ambos países y que se saldó con cerca de la mitad del territorio mexicano anexado a Estados Unidos.
Tras el triunfo de Trump, que hizo gala de un duro discurso antimexicano en su campaña, el presidente Enrique Peña Nieto había confiado en que ambos gobiernos podrían tener una buena relación, pero su buena voluntad se vino abajo cuando canceló un encuentro que tenía previsto con Trump la próxima semana en Washington.
Para Jesús Velasco, experto en la relación México-Estados Unidos de la universidad estatal de Tarleton, Texas, el capítulo más tenso entre estos vecinos se había vivido en 1985, cuando un cartel de las drogas torturó y asesinó a un agente de la DEA, lo que llevó a Estados Unidos a un breve cierre de la frontera.
El experto estima que México podría contraatacar dejando que los migrantes centroamericanos lleguen hasta la frontera y así enviarle un mensaje a Trump: «No voy a tener cooperación alguna en la frontera».
México también podría usar el tema del crimen organizado y narcotráfico para las negociaciones con Trump, dijo a la emisora Radio Fórmula el expresidente mexicano Felipe Calderón (2006-2012).
«En lugar de tener batallones de soldados mexicanos revisando tráileres en carreteras para ver si traen droga (…) vamos a poner a esos mismos batallones a patrullar algunas zonas y que los americanos se encarguen de la preocupación que tienen de las drogas que reciben de América Latina a través de México», propuso Calderón, el artífice de la militarización de la guerra contra las drogas.
A pesar de las críticas de Trump, México y Estados Unidos «tienen una de las cooperaciones (fronterizas) más exitosas en el mundo», añadió.
Presionado por el gobierno de Barack Obama luego de una oleada de niños migrantes viajando solos en 2014, México puso mano dura en su frontera con Guatemala para combatir el paso de indocumentados.
El año pasado, México deportó a 147.370 migrantes contra 80.900 en 2013, según cifras gubernamentales.
Y mientras Trump quiere que México pague por el muro, ahora son más los mexicanos que regresan a su país que los que van a Estados Unidos.
Las amenazas de Trump en torno al financiamiento del polémico muro subieron de tono cuando el vocero de la Casa Blanca, Sean Spicer, anunció la posibilidad de aplicar un impuesto de 20% a las importaciones desde México para obtener los recursos necesarios.
«Si Estados Unidos impone un impuesto de este tipo, México va imponer uno igual (…). México impondrá una medida espejo», comentó a la AFP el economista Luis de la Calle, quien estuvo entre los negociadores del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) en la década de 1990.
De la Calle duda además que en el Congreso estadounidense, con numerosos legisladores partidarios del libre comercio, apruebe semejante medida.
«Hubo periodos complicados con Estados Unidos en el pasado pero Trump es una persona distinta», señaló el economista al explicar que con sus acciones el nuevo presidente pareciera poner sus intereses personales por encima de los de Estados Unidos.
El TLCAN también está en la mesa, como exigió Trump, pero esta semana el ministro de Economía mexicano dijo que podrían salir del tratado si las negociaciones no son satisfactorias.
México y Estados Unidos también son aliados estratégicos en la guerra contra el narcotráfico.
El Congreso estadounidense ha destinado 2.500 millones de dólares a la Iniciativa Mérida, un programa mediante el cual México ha recibido equipo y entrenamiento para combatir al crimen organizado.
Pero en la búsqueda de recursos para el muro, Trump ha ordenado a todos los departamentos y agencias gubernamentales estadounidenses que identifiquen ayuda «directa o indirecta» para México y la reporten en 30 días.
Duncan Wood, director del Instituto México en el Centro Wilson de Washington, estima que México debe esforzarse más para explicar por qué este país es importante para la seguridad de Estados Unidos.
«Todo el énfasis se ha puesto en cómo Estados Unidos puede ayudar a México en la lucha contra el crimen organizado», dijo Wood a la AFP.
«Ahora México necesita explicarle, ‘mira, tienes la suerte de tener a una nación amigable en tu frontera sur, y eso vale la pena pensarse», comentó.
Como muestra de esa cooperación, la semana pasada, unas horas antes de que Trump asumiera la presidencia, México extraditó a Estados Unidos a Joaquín «El Chapo» Guzmán, considerado el narcotraficante más poderoso del mundo. AFP