La última hora que el monitor registró la presencia de Joaquín «El Chapo» Guzmán en su celda fue las ocho de la noche con 52 minutos. Pero por los siguientes 18 o 20 minutos nadie pareció darse cuenta de que la celda donde debía estar el mayor narcotraficante de la historia reciente estaba vacía.
El gobierno mexicano no ha informado la hora exacta en que los funcionarios del penal de máxima seguridad del Altiplano notificaron que el líder del poderoso cartel de Sinaloa se había fugado, aunque dos legisladoras que asistieron a un recorrido por esa prisión dijeron el jueves que el tiempo que habría pasado entre la huida del capo y la alerta de fuga no fue menor a 18 minutos.
La diputada Aleida Alavez, del izquierdista Partido de la Revolución Democrática, aseguró que el comisionado nacional de Seguridad, Monte Alejandro Rubido, así lo dijo a algunos de los legisladores que estuvieron en el penal: que la alerta la emitieron 18 minutos después de que saliera de su celda por un túnel que comunicaba a la regadera del lugar con una vivienda afuera de la prisión, localizada a 1.5 kilómetros.
Alavez añadió que Rubido «titubeó» cuando mencionó los minutos. Dijo que ni el funcionario ni nadie más en el penal explicaron en detalle los protocolos a seguir luego de una fuga, pero dijo que es posible que fuera tiempo suficiente para que el capo saliera del túnel y llegara a la casa.
«Si se tardaron tanto en alertar, el protocolo se instaló ya que estaba fuera del túnel», dijo Alavez.
Un funcionario de la Comisión Nacional de Seguridad dijo que verificaría la información, pero que no pensaba que hubiese sido tanto tiempo.
La diputada Adriana González, del conservador Partido Acción Nacional y otra de las asistentes a la visita al penal, dijo que ella no escuchó a Rubido decir que fueron 18 minutos, pero que sí preguntó al personal de monitoreo de las cámaras de las celdas cuánto tiempo pasó después de la huida para que se dieran cuenta.
«Y nos dijeron que aproximadamente 20 minutos», comentó y dijo que a pesar del alto perfil de Guzmán no había una persona dedicada exclusivamente a vigilar el monitor que registraba en vivo las imágenes de su celda.
Detalló que una persona vigila dos pantallas, cada una con imágenes de 20 cámaras.
Dijo que ella pidió ver un poco más del video y le pusieron cerca de cinco minutos posteriores a la fuga, tiempo en el cual no se vio más que la celda vacía, sin ningún guardia que llegara.
«Se queda congelada la imagen y el tiempo va pasando y minuto 56, 57 y no aparece nadie todavía», comentó.
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Las legisladoras coincidieron en que el vídeo que les mostraron es el mismo divulgado a la prensa.
La Procuraduría General de la República investiga la fuga y si el personal de la prisión siguió los protocolos o si se ejecutaron con retraso.
Esta es la segunda ocasión que «El Chapo» se fuga de un penal de máxima seguridad. La primera ocurrió en 2001, escondido en un carrito de lavandería.
Documentos de la DEA a los que la AP tuvo acceso hace unos días mostraron que agentes estadounidenses habían detectado indicios de que el capo tenía planes de escaparse apenas fue recapturado en febrero de 2014.
La diputada Alavez refirió que durante el recorrido por la celda del capo les comentaron un detalle: que «El Chapo» colocaba pedazos de tortilla dentro de los espacios de la rejilla que cubría un foco sobre el lavabo.
«Dicen que para contar los días», dijo, aunque no les refirieron si sería para contar el tiempo que llevaba ahí o lo que le faltaba para huir.
Un funcionario de la Procuraduría General de la República, no autorizado a ser identificado por políticas internas, confirmó a la AP que una de las hipótesis es que usó la rejilla y la tortilla como una especie de calendario, pero una segunda es que pudo hacerlo sólo como un juego.
Alavez dijo que las autoridades tienen que explicar aún por qué Guzmán tenía el cabello crecido, cuando en el recorrido por la zona de monitores vieron que el resto estaba rapado.
En la grabación que divulgó el gobierno, se ve a Guzmán con cabello, a diferencia de una fotografía que había dado a conocer el fin de semana, en la que se observa al capo sin pelo.
México inició una cacería del capo con 10 mil policías en todo el país y ha distribuido 100 mil fotografías del narcotraficante en casetas de los peajes instalados en las carreteras.
