América Latina no es la región más pobre del mundo, pero sí «la más desigual», un «problema lacerante» en un continente donde crece el «mal humor» por la corrupción y la «cultura del privilegio», subrayaron el viernes en París participantes en un foro económico sobre el subcontinente.
«Hay democracia, pero nos falta bienestar», constató Angel Gurría, secretario general de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos, en el Foro Económico América Latina y Caribe, organizado cada año en París por la propia OCDE y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en la sede del Ministerio francés de economía.
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El 10 % más rico tiene ingresos decenas de veces más altos que el 10 % más pobre, lo que es «un problema lacerante» en América Latina, aseguró Gurría. «América Latina no es la más pobre, pero sí la más desigual» de las regiones del planeta, ilustró el responsable del organismo.
Pese al buen desempeño económico del continente hasta 2013 ─luego de que se ha producido una «pérdida de potencia», según la OCDE─, la «gente en América Latina está de mal humor, hay un malestar», dictaminó Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la CEPAL.
Y no solamente por las desigualdades, sino por «la corrupción, por la impunidad debido a la falta de instituciones y por la cultura del privilegio» aún imperantes en la región, afirmó la directiva de la CEPAL.
En América Latina habría «fondos ilícitos», producto de evasión (ilegal) o elusión fiscal por un valor de 150.000 millones de dólares, suma casi similar a las inversiones extranjeras directas (US$ 158.000 millones) y muy superior a lo que los Estados perciben en remesas (US$ 63.000 millones).
Por ello, «necesitamos nuevas reglas de juego en cuestiones tributarias» constató Bárcena.
Corrupción escondida en ineficiencia
El presidente de Costa Rica, Luis Guillermo Solís, que clausuró el Foro, afirmó sobre la corrupción que América Latina necesita «sistemas transparentes que rindan cuentas». «La corrupción se esconde en la ineficiencia» aseguró. Solís también reconoció que las desigualdades constituyen uno de los grandes problemas en América Latina. «Los sectores público y privado deben trabajar juntos en favor de una mejor cohesion social», y esta debe acoplarse a un «desarrollo sostenible».
Una visión alternativa de la economía, y de los retos para superar la desigualdad, vino en este foro del ministro boliviano de Economía, Luis Alberto Arce. «No creemos en el mercado» porque «al mercado no le interesa que los bolivianos puedan comer», afirmó.
«Nosotros hacemos políticas económicas para resolver los problemas de la población, no para tener buenos datos» macroeconómicos, afirmó Arce ante un auditorio de políticos, economistas y empresarios, a los que explicó el «cambio de modelo» operado en Bolivia desde 2006, cuando llegó Evo Morales a la presidencia.
Bárcena, de la CEPAL, elogió este cambio de modelo. Como muchos de los otros intervinientes en el foro, Bárcena expresó su preocupación por la baja competitividad de la economía latinoamericana, pero advirtió: «Un incremento de la productividad no se obtiene pagando menos a los trabajadores».