Un coche bomba explotó en el centro de Kabul en el anochecer del lunes, sólo horas después de que un ataque suicida del talibán, cerca del Ministerio de Defensa, dejara por lo menos 24 personas muertas, incluyendo oficiales de seguridad, además de 91 heridos, dieron a conocer fuentes gubernamentales.
En la zona, que tiene múltiples locales comerciales y empresas, se escuchaban disparos esporádicos y reportes iniciales sugerían que el objetivo del ataque fue un hostal.
Las calles cercanas al lugar de la explosión estaban cubiertas con vidrios de las ventanas rotas y la policía acordonó el área. Nadie se atribuyó inmediatamente la responsabilidad de la segunda explosión y no había información sobre víctimas.
Los ataques subrayan la precaria situación de seguridad en Kabul, a poco menos de un mes de una conferencia en Bruselas en la que se espera que los donantes internacionales se comprometan a seguir apoyando financieramente a Afganistán.
Más temprano el lunes, dos explosiones sucesivas se registraron en una concurrida zona de la ciudad cerca del Ministerio de Defensa.
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Los talibanes reivindicaron la autoría de ese ataque, en el que un suicida con bomba sorprendió a personal de las fuerzas de seguridad y a civiles que acudieron a ayudar a las víctimas de la primera explosión.
«Cuando la primera explosión se produjo, la gente acudió al lugar y entonces ocurrió la segunda, que fue realmente fuerte y mató a mucha gente», dijo Samiullah Safi, un testigo que presenció el ataque.
Entre las víctimas había un general del Ejército y dos comandantes de policía, dijo un funcionario del Ministerio de Defensa.
Los talibanes dijeron que el ataque dejó 58 agentes y comandantes muertos. Los milicianos han aumentado en las últimas semanas su campaña contra el Gobierno apoyado por Occidente, tras un breve periodo de calma tras la muerte de su ex líder, mulá Akhtar Mansour.
