
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, promulgó el martes un decreto para extender un estipendio de emergencia a trabajadores informales que amortigua el golpe de la crisis del COVID-19, manteniendo con vida un popular programa que ha aumentado las preocupaciones sobre un aumento del déficit fiscal.
El pago mensual de 600 reales (unos 110 dólares), que iba a expirar este mes, ha proporcionado un salvavidas a los complicados brasileños y un alza en la popularidad de Bolsonaro entre los votantes más pobres que tradicionalmente le han sido esquivos.
Sin embargo, asesores presidenciales, incluyendo al ministro de Economía, Paulo Guedes, han advertido que el gasto de emergencia durante la pandemia no puede extenderse indefinidamente, apuntando a una deuda nacional que pronto podría superar el 100% del Producto Interno Bruto.
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El decreto presidencial comprende dos pagos mensuales de 600 reales, dijo Rodrigo Maia, presidente de la Cámara baja del Congreso. El gobierno aún no ha publicado un calendario oficial.
La extensión se produce cuando las autoridades comienzan a aliviar las restricciones de distanciamiento social a pesar de un alarmante crecimiento en los contagios de coronavirus en Brasil. El país tiene el segundo peor brote en el mundo detrás de Estados Unidos, con casi 1,4 millones de casos confirmados y más de 58.000 muertes relacionadas. Reuters