El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, pidió el viernes la reapertura de las fronteras del país mientras presiona para volver a poner en marcha la economía más grande de Sudamérica, pero admitió que se le puede culpar si el nuevo brote de coronavirus empeora como resultado de la medida.
Bolsonaro removió el jueves a su ministro de Salud tras los choques entre ambos por las medidas para contener el coronavirus, que el presidente dice que son demasiado dañinas para la economía y que deberían revertirse.
Pero el líder populista reconoció el viernes que no depende de él decidir si las medidas de distanciamiento social deben ser relajadas en los estados y ciudades después de que la corte suprema dictaminó que los gobernadores y alcaldes son responsables de esas decisiones.
Las cuestiones fronterizas sí están bajo su órbita, y Bolsonaro dijo que había discutido con el ministro de Justicia Sergio Moro la posibilidad de reabrir las fronteras terrestres, particularmente aquellas con Uruguay y Paraguay.
“Abrir el comercio es un riesgo que asumo, porque si (el brote) empeora, caerá sobre mí”, sostuvo Bolsonaro en el evento de jura de su nuevo ministro de salud, Nelson Teich.
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Los expertos sostienen que el brote aún está lejos de su pico en Brasil, ya que los casos y las muertes, que ya son las más altas en América Latina, continúan aumentando bruscamente.
Brasil tiene 33.682 casos confirmados, con unas 200 muertes diarias en los últimos cuatro días, lo que eleva el número de fallecidos a 2.141 al viernes, según datos del Ministerio de Salud.
El ministro de Salud entrante dijo que el brote podría complicarse aún más en los próximos meses cuando la temporada de dengue e influenza golpee al país.
Teich había escrito previamente artículos que defienden amplias medidas de aislamiento social para combatir el brote. Pero desde que se anunció su nombramiento el jueves, ha enfatizado que está alineado con Bolsonaro y que buscará lograr un equilibrio entre la economía y la salud. Reuters
