La capitana del buque humanitario «Sea-Watch 3», Carola Rackete, que atracó por la fuerza en Italia para desembarcar a 40 migrantes rescatados en el mar, defendió este jueves su accionar frente a un tribunal de ese país ante las acusaciones de favorecer la inmigración ilegal.
«Me sentí muy feliz de tener la oportunidad de explicar en detalle la operación de rescate que realizamos el pasado 12 de junio», aseguró la capitana alemana de 31 años al salir del juzgado en Agrigento, Sicilia (sur).
«Espero sinceramente que tanto la Comisión Europea, como el Parlamento recién elegido, hagan todo lo posible para evitar que se repita esa situación. Espero que todos los países europeos trabajen juntos para repartirse a todas las personas rescatadas por la flota civil», agregó.
La audiencia, que tuvo que ser aplazada 10 días debido a una huelga de abogados penalistas, duró menos de dos horas.
Cientos de personas, bajo un sol asfixiante, se dieron cita frente al tribunal para una manifestación de solidaridad con numerosas pancartas de apoyo a la joven alemana, convertida en un emblema contra la política antimigración del gobierno de coalición italiano formado por los antisistema del Movimiento 5 Estrellas y la derechista Liga.
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Una juez italiana anuló luego su detención, argumentando que actuó para salvar vidas, pero sigue siendo investigada por resistencia a un oficial y ayuda a la inmigración clandestina.
La fiscalía de Agrigento apeló esa decisión y espera así establecer un precedente jurídico para que no se repita el caso.
Mientras tanto el «Sea-Watch 3» permanece secuestrado en el puerto siciliano de Licata y la capitana deberá explicar por qué rescató a los migrantes sin esperar a los guardacostas libios a cargo de esas operaciones en ese sector del Mediterráneo.
Desde hace cerca de dos años, las embarcaciones humanitarias han sido sistemáticamente sometidas a investigaciones judiciales para impedir que sigan rescatando migrantes en el Mediterráneo. AFP