La XXV Cumbre Iberoamericana, que arrancó este viernes en Cartagena, Colombia, servirá a los representantes de los 22 países asistentes para discutir, al margen de la agenda oficial, un tema que todos tienen en la mira: la crisis política y económica en Venezuela.
El mandatario peruano, Pedro Pablo Kuczynski, dijo a su arribo a Cartagena que ve «con mucho optimismo a esta cumbre», entre otras cosas, porque se va a dar la oportunidad de tratar «los temas del vecino país, Venezuela».
Kuczynski, que había anunciado que aprovecharía la reunión para insistir en la activación de la Carta Democrática de la Organización de Estados Americanos (OEA) al gobierno de Nicolás Maduro, añadió que pedirá a los países de la región desplegar «un operativo de ayuda humanitaria a Venezuela», ante la escasez de alimentos y medicinas en ese país.
La Carta Democrática faculta a la OEA a intervenir en casos de alteración del orden institucional en un país miembro y, de aprobarse, podría acarrear sanciones contra el país caribeño.
Además de la iniciativa peruana, se había anunciado una reunión del Mercosur -constituido por Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Venezuela- en un aparte de los debates sobre juventud y emprendimiento, temas centrales de la Cumbre Iberoamericana, para hablar sobre la creciente tensión entre el gobierno de Maduro y la oposición.
Sin embargo, a su llegada a la cumbre, la canciller argentina, Susana Malcorra, dijo a periodistas que aunque no está prevista «una reunión formal de cancilleres del Mercosur (…) seguramente nos encontraremos y tendremos la ocasión de discutir temas de interés común» como el de la presidencia del bloque.
Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay optaron en septiembre por asumir conjuntamente la presidencia pro témpore del Mercosur, que correspondía a Venezuela, para observar si el país cumple los requerimientos del grupo.
El gobierno venezolano aseguró, sin embargo, el jueves en un comunicado estar «en pleno ejercicio de la presidencia» del Mercosur y calificó de ilegal la «potencial celebración» de una reunión de cancilleres del bloque en Cartagena.
Venezuela había anunciado que estaría representada en la Cumbre por el viceministro para América Latina y el Caribe, Alexander Yánez, pero en las últimas horas Maduro confirmó finalmente su asistencia a la reunión presidencial del sábado.
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Malcorra aseguró que si llega Maduro, seguramente la situación de Venezuela «va a ser un tema muy importante (a tratar) y tendremos ocasión de escuchar las distintas opiniones y sobre todo escucharlo al presidente».
La canciller colombiana, María Ángela Holguín, también dijo al respecto que «muy seguramente tendrán la oportunidad los presidentes, si viene el presidente Maduro, de conversar con él y escucharle su presentación sobre la situación de Venezuela».
Para este viernes, la oposición venezolana convocó a una huelga general de 12 horas, como parte de una nueva estrategia de protestas tras la suspensión del proceso de referendo revocatorio contra Maduro hace una semana. El gobierno, en tanto, amenazó con la ocupación de empresas que cesen sus actividades.
Durante la instalación de la cumbre, la canciller de México, Claudia Ruiz Massieu, anunció que su país, Chile y España -representada en la reunión por el rey Felipe VI- presentarán «una propuesta de comunicado especial que tiene como fin expresar el respaldo de la comunidad iberoamericana y (su) solidaridad en este proceso de búsqueda de paz» en Colombia.
El presidente anfitrión y flamante Premio Nobel de la paz, Juan Manuel Santos, recibirá así el esperado espaldarazo internacional por su persistente empeño para acabar con el conflicto armado que azota a Colombia hace más de medio siglo.
Aunque muchos asistentes pensaban que celebrarían con Santos la concreción de la paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, comunistas), como el acuerdo negociado con esa guerrilla fue rechazado en las urnas a comienzos de octubre, llegan más bien mensajes de aliento para continuar buscando la paz.
La secretaria general iberoamericana, Rebeca Grynspan, hizo así mención en la inauguración de la cita al «apoyo unánime al proceso de paz en Colombia». «Hacemos votos para que este proceso concluya con la voluntad y el objetivo que estoy segura comparten todos los colombianos, que es vivir en paz», añadió.
Estos llamados se producen después de que el jueves la instalación en Ecuador de la mesa de diálogos con el Ejército de Liberación Nacional (ELN, guevarista), la segunda guerrilla del país, se viera aplazada, por decisión de Santos, hasta que no liberen al excongresista Odín Sánchez.
Colombia vive un conflicto armado en el que han participado guerrillas de izquierda, paramilitares de derecha y agentes estatales, con un saldo de más de 260.000 muertos y 6,9 millones de desplazados. AFP