A medida que el invierno se instala en Latinoamérica, médicos y funcionarios de la salud están reforzando los programas de vacunación para evitar un posible aumento de la gripe estacional que podría colapsar los hospitales que ya están sufriendo la pandemia de coronavirus.
Sumado a las medidas de aislamiento obligatorio, la inoculación ha ayudado a evitar los brotes estacionales de infecciones respiratorias aun cuando los casos de COVID-19 sigan aumentando, según especialistas y datos nacionales recientes.
Trabajadores y funcionarios de la salud en Argentina, Chile y Uruguay, dijeron que los esfuerzos para frenar la gripe estacional fueron clave para ayudar a los hospitales regionales ahora que Latinoamérica es el epicentro de la batalla global contra el coronavirus.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS), resaltando la importancia del problema, dijo que el surgimiento de la gripe estacional amenazaría con empeorar la situación de los ya cargados sistemas de salud regionales.
“Sabemos que en muchos países de Latinoamérica y el Caribe, la curva epidemiológica está creciendo rápidamente”, dijo la OPS a Reuters. “Esto significa que habrán más personas enfermas mañana que ayer”.
En Buenos Aires, que tiene la gran mayoría de casos de coronavirus en el país, funcionarios del Gobierno han convertido iglesias, escuelas y guarderías en 82 salas de vacunación. Trabajadores de la salud también han realizado vacunaciones a domicilio para evitar llenar de gente los hospitales.
“Esto nos ayudará a evitar el colapso en el sistema de salud”, dijo la doctora Vanina Miguel, infectóloga argentina.
Los funcionarios de salud del Gobierno se mostraron optimistas de que una mayor conciencia sobre el lavado de manos debido al coronavirus y el uso obligatorio de máscaras también ayudaría a reducir el contagio de la gripe.
“(Las medidas) ayudan a prevenir otras enfermedades respiratorias, es por eso que esperamos menos cantidad de casos de gripe este año”, dijo Daniel Ferrante, subsecretario de salud del ministerio de salud de la Ciudad de Buenos Aires.
Datos nacionales muestran a las infecciones respiratorias causadas por enfermedades tipo influenza en su nivel más bajo de los últimos cinco años. Pero diariamente los casos confirmados de coronavirus han escalado exponencialmente, casi todos centralizados en la capital del país y sus alrededores.
En Uruguay, el número de vacunas para la gripe se ha duplicado en comparación con el 2019, mientras en Chile 95% de la población de riesgo ha sido vacunada contra la gripe según datos del Ministerio de Salud.
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¿SÍNTOMAS CONFUSOS Y MENOR CONTAMINACIÓN?
Líderes regionales han advertido sobre la llegada del invierno, diciendo que el coronavirus podría complicar la temporada de gripe dada la similitud de síntomas con la gripe común.
Los médicos han encontrado difícil de descifrar las diferencias entre las dos enfermedades, requiriendo un testeo para ambas, advirtieron funcionarios.
“Es evidente que la gripe y las enfermedades virales lo único que van a hacer es complejizar la situación”, dijo Federico Flores Martínez, médico miembro de la Red Integrada de Médicos Argentinos(REDIMA).
En Chile, la crisis del coronavirus ya ha llevado al sistema de salud al borde del colapso.
Las terapias intensivas en Santiago ahora reportan niveles de ocupación del 95%, según la Sociedad de Medicina de Cuidados Intensivos de Chile. Las visitas al hospital por gripe y neumonía se han incrementado lentamente, pero permanecen muy por debajo de los promedios históricos, según un informe del Ministerio de Salud de fines de mayo.
Los funcionarios de salud temen que la contaminación estacional pueda crear una mezcla tóxica en las zonas pobres y rurales, donde muchos queman leña húmeda, posiblemente empeorando las tasas de mortalidad por enfermedades respiratorias durante el frío y húmedo invierno.
Pero un efecto secundario positivo de las medidas de bloqueo podría ser menos polución de otras fuentes, como automóviles, industrias y autobuses, dijo la doctora Laura Mendoza, presidenta de la Sociedad de Enfermedades Respiratorias de Chile.
“La contaminación siempre empeora (…) y está directamente asociada con tasas de mortalidad más altas”, dijo Mendoza. “Pero espero que la buena noticia sea que tenemos menos contaminación debido a menos movimiento”. Reuters