Desde 2015 a la fecha, Elba Esther Gordillo es la única de entre 36 mil 142 internos en penales en la Ciudad de México que ha tramitado el permiso para asistir a un funeral, derecho expresado en el artículo 92 de la Ley de Centros de Reclusión del Distrito Federal.
“En cuanto a lo que va de mi administración, que es del año pasado a lo que va de este, no tengo ninguna otra solicitud recibida. Esta es la primera y la única que tenemos en ese sentido”, dijo el subsecretario del Sistema Penitenciario de la Ciudad de México, Antonio Azael Ruiz Ortega, en entrevista con Animal Político.
El permiso se le otorgó a Elba Esther Gordillo, tras considerar que no representaba un riesgo de fuga, ya “que las condiciones del espacio al que ella solicitaba ser trasladada cumplían con motivos de seguridad y que no tiene antecedentes de evasión ni de mal comportamiento”, dijo.
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El funcionario precisó que otros 66 internos han solicitado permiso para que los restos de sus familiares puedan ingresar al centro donde están recluidos y así despedirse de sus seres queridos.
“Se les da la autorización, ingresa la carroza al cinturón de seguridad, el interno se conduce a esta área y dos o tres familiares pueden acompañar al féretro para el último adiós”, dijo Ruiz Ortega, quien agregó que hasta el momento no se ha negado ningún permiso de este tipo.
