Hermine tocó tierra en Florida como huracán de categoría 1 la madrugada de este viernes, y cruza ahora Georgia en dirección a Carolina del Norte y Carolina del Sur. Se dio a conocer que ya ha sido degradada a tormenta tropical.
Sin embargo, en Florida, estado que no se había enfrentado a un huracán en más de una década, sus vientos de hasta 130 kilómetros por hora dejaron «serios destrozos», pero sin reportase víctimas, informaron las autoridades.
Según la policía, en Taylor, un condado del golfo de Florida de más de 20.000 habitantes, los daños fueron «graves», mientras, en la capital del estado, Tallahassee, 70.000 hogares se quedaron sin electricidad, afectando así al 60% de sus habitantes.
«Diversas» carreteras quedaron bloqueadas por los escombros acarreados por el agua y por los árboles caídos, informaron los funcionarios de la ciudad.
San Petersburgo, junto a Tampa, amaneció prácticamente cubierta de hojas de palmera y ramas de árboles.
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Y en Cedar Key, una pequeña localidad de unos 700 habitantes al sur de Tallahassee, en el golfo de Florida, el agua alcanzó los 3 metros de altura.
Los meteorólogos ya habían advertido que algo así iba a ocurrir, por ello, el gobernador Rick Scott, había declarado el estado de emergencia en 51 condados y ordenó evacuar a sus residentes en cinco condados del noroeste de Florida. Además, propuso a los habitantes de otros tres condados costeros que evacuaran de forma voluntaria.
«Esto es una amenaza mortal. No hemos tenido un huracán en muchos años», comentó el gobernador Scott antes de que el Hermine tocara tierra y anunció que había unos 8.000 miembros de la Guardia Nacional listos para ser desplegados ante la llegada del huracán.
El último huracán en tocar tierra en Florida fue Wilma, en el año 2005, el mismo año de la llegada del destructivo huracán Katrina.
