
Los problemas más significativos de México relacionados con los derechos humanos involucran a sus fuerzas de seguridad y a militares, envueltos en abusos serios, tales como asesinatos, tortura y desapariciones.
Así lo afirma, sin rodeos, un informe presentado ayer por el gobierno de Estados Unidos en el que dibuja un México aterrador, donde las fuerzas de seguridad no son distintas a los grupos criminales: torturan, desaparecen, matan.
Horas después del informe, fue difundido un video en el que pueden observarse a militares torturando a una ciudadana. Ella, descalza y sentada sobre el piso de tierra, no para de llorar bajo la prenda amarilla que cubre su cabeza. El sollozo crece cuando se escucha que la soldado a su lado corta cartucho y le pone el cañón del fusil en el cráneo. No dispara, pero no ha pasado lo peor.
“La tortura y los tratos crueles, inhumanos y degradantes siguen siendo los métodos tradicionales de castigo e ‘investigación’ policial y judicial en México”, dijo José Miguel Vivanco, director de la División de las Américas de la organización Human Rights Watch.
“En la medida que los responsables directos de esta práctica y quienes la encubren no rindan cuentas por sus delitos, no habrá posibilidad de combatirla y mucho menos erradicarla”, añadió a The Associated Press.
Un funcionario de la PGR, dijo que investigan el caso desde enero para determinar los delitos en que incurrieron los militares.