La manipulación sobre la escabrosa realidad de los estadounidenses en los medios de prensa liberales y el desdén a la inflación durante meses por parte de la Casa Blanca, no han bastado al presidente Joe Biden para continuar con su desmesurado optimismo.
Hasta hace apenas dos semanas, cuando el mandatario despertó de su letargo climático y sus planes de gastos sociales tras el último informe sobre la escalada de precios, Biden había fustigado reiteradas veces a los republicanos por afirmar que “la inflación y la deuda del país hacían peligrar la sólida recuperación económica”, que comenzó a finales de julio del 2020 durante el gobierno del expresidente Donald Trump.
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Ambos estimaron que a finales del 2021 el índice inflacionario no pasaría de 2,5%.