Sin modificaciones sustanciales a la reforma tributaria se pone en riesgo la inversión necesaria para reactivar la economía, pero el gobierno está limitado para flexibilizar la legislación debido a que en el paquete económico 2016 enfrenta el desplome del petróleo, explicó Arturo Carbajal, presidente del Comité de Estudios Fiscales del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF).
Es evidente que esa situación «causa mucho estrés en la negociación del paquete económico», dijo a Milenio. «En el peor de los casos, México se quedaría igual en términos tributarios; es decir, sin cambios en la reforma fiscal para incentivar la inversión y sin mayores impuestos, lo que limita el margen de maniobra para elaborar el presupuesto de egresos», agregó.
Carbajal indicó que la Subsecretaría de Egresos puede realizar recortes con el presupuesto base cero, mientras que la Subsecretaría de Ingresos no puede aumentar impuestos, por el pacto fiscal, ni flexibilizar la reforma, ya que es un factor que ha mantenido a flote las finanzas públicas.
Además de enfrentar el desplome de los ingresos petroleros, al gobierno federal no le conviene solicitar mayor endeudamiento, lo que reduce su margen de maniobra, ya que ahora el clima de volatilidad en los mercados internacionales ha encarecido el financiamiento, y la administración actual tiene la encomienda de no adquirir mayores obligaciones, advirtió Carbajal.
El viernes pasado, el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, negó categórico que se vayan a introducir cambios en la reforma fiscal de 2014, que impuso un gravamen a las inversiones y eliminó aspectos de la consolidación fiscal, además de aumentar el impuesto sobre la renta a las personas físicas de 30 a 35 por ciento, e indicó que solo se realizarán algunos «tiros de precisión» para otorgar estímulos, además que el gobierno se «apretará el cinturón» en cuestión de gasto.
«Pero esos estímulos deben ser suficientes para atraer inversión a México, aun a costa de que en el corto plazo no tengamos una recaudación tan alta para el ejercicio de 2016», indicó Carbajal.
Desafortunado impacto
El especialista en temas fiscales advirtió sobre el riesgo de perjudicar la actividad económica al mantener altas las tasas impositivas, ya que «por más que aumente el cobro de impuestos con la reforma fiscal, ¿quién los va a pagar si no se activa la economía?».
«Podemos medir el efecto de la reforma fiscal en dos variables: en primer lugar, como uno de los factores del lento dinamismo de la economía, que se añade al bajo precio del petróleo, y el desafortunado impacto de la reforma energética que este año no logró atraer suficiente inversión al sector», agregó.
«En segundo término, en algunos estados se paralizó la inversión directa, de acuerdo con un estudio que realizamos, luego de que se eliminaron estímulos a este apartado, aunado a que algunas entidades también experimentan problemas de inseguridad».
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Sin embargo, el especialista aseguró que hasta el momento no han realizado un estudio concluyente del impacto de la reforma fiscal en la economía y en la inversión.
De acuerdo con el Inegi, la inversión de la iniciativa privada aumentó de manera sostenida en cada trimestre a partir de 2014, año de la reforma fiscal. En los primeros tres meses de 2015, alcanzó su máximo, 2 billones 500 mil 902 millones de pesos, un aumento anual de 7.2 por ciento.
La inversión privada actual se ubica por encima de los niveles registrados previos a la crisis económica de 2008, con una clara tendencia alcista.
«Pero es muy lógico que si no tenemos un incentivo tributario y además ante un clima de negocios adversos, la fórmula es bastante negativa», dijo Carbajal.
Menor presión
La iniciativa privada también enfrenta el creciente costo de los productos importados, por la depreciación del peso frente al dólar, de más de 25 por ciento respecto al año pasado, por lo que la Coparmex y la Canacintra, entre otras cámaras empresariales, apuntan a un posible incremento en los precios al consumidor, por la reducción en el margen de ganancia.
Desde el año pasado, IMEF solicitó flexibilizar la reforma fiscal para disminuir la presión al sector privado. El instituto presentó una propuesta que incluía progresividad de tasas, deducción de inversiones y prestaciones de previsión social, exigencias de la iniciativa privada desde que entró en vigor la legislación.
Pero el gobierno informó a esa institución, en una reunión privada, que no será modificado de manera sustancial el marco legal, y solo realizará ajustes para otorgar estímulos a la inversión.
«Se presentaron 20 propuestas que no estaban relacionadas con las principales exigencias (de la iniciativa privada), porque el secretario de Hacienda indicó que buscaban ‘tiros de precisión’ en temas técnicos, para buscar las menores modificaciones al marco legal», dijo en conferencia de prensa Adriana Berrocal, presidenta del consejo técnico del IMEF.