
Canadá y Estados Unidos avanzan negociaciones este jueves para un nuevo Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), con México expectante de que una pronta reunión entre los tres socios permita cerrar el trato para el fin de la semana.
Los dos países están embarcados desde el martes en frenéticas negociaciones para concluir la modernización del TLCAN, luego de que Estados Unidos y México anunciaran un acuerdo de principio el lunes.
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La canciller canadiense, Chrystia Freeland, dijo seguir «siendo optimista», al reunirse con el representante estadounidense de comercio, Robert Lighthizer.
«Hay mucha buena voluntad en ambas partes», declaró a periodistas Freeland, quien más temprano destacó el arduo trabajo de los técnicos de ambos países durante la noche. Los debates han sido «muy, muy intensos», dijo.
El secretario de Economía mexicano, Ildefonso Guajardo, que sigue en Washington, también es «optimista» sobre los avances de las conversaciones entre Canadá y Estados Unidos y confía en una pronta reunión trilateral hacia un TLCAN 2.0, dijeron a AFP fuentes de la delegación mexicana
Wall Street, que en las últimas jornadas subió ante el progreso en las negociaciones, comenzó la sesión con una ligera baja el jueves, en espera de la conclusión de las conversaciones entre Washington y Ottawa.
El presidente estadounidense, Donald Trump, y el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, auguraron el miércoles que el entendimiento entre ambos gobiernos está al alcance de la mano.
México allanó el camino hacia un TLCAN 2.0 al lograr un acuerdo con Estados Unidos. Pero, al anunciarlo, Trump volvió a plantear su idea de sustituir el tratado trilateral por dos bilaterales.
El miércoles dijo que las cosas con Canadá estaban marchando «realmente muy bien», pero reiteró que podía haber un trato aparte con México.
Trudeau también aventuró la «posibilidad» de un acuerdo con Estados Unidos para el viernes, aunque insistió que todo «dependerá de si en definitiva es bueno o no para Canadá». «Es mejor no tener un TLCAN que tener un mal TLCAN», subrayó.
La Casa Blanca planea notificar el viernes al Congreso de su intención de firmar un nuevo acuerdo de libre comercio, a fin de cumplir con el aviso previo de 90 días que permitirá sellar un TLCAN 2.0 antes de que asuma el nuevo gobierno de México el 1 de diciembre.
Si la Casa Blanca avisa al Congreso el viernes, tendrá plazo hasta el 30 de septiembre para remitir el texto final del nuevo TLCAN. Según expertos, el gobierno de Trump no ha sido autorizado a negociar ningún acuerdo bilateral.
– Puntos de fricción –
Pero para que haya un TLCAN 2.0, primero Washington y Ottawa tienen que resolver sus diferencias. Los puntos centrales de fricción incluyen principalmente la exigencia estadounidense de apertura del protegido mercado canadiense de lácteos y cómo resolver las disputas comerciales entre los socios del TLCAN.
Trudeau prometió no ceder a la demanda de Washington de alterar el sistema por el cual Ottawa establece cuotas y precios de producción para los lácteos y aplica elevadas tarifas a la importación de esos productos.
Pero Ottawa ofrecería a los productores estadounidenses de lácteos un leve aumento de su participación en su mercado, tal como hizo con la Unión Europea en el acuerdo de libre comercio firmado el año pasado. En contrapartida, Ottawa espera que Washington haga concesiones en lo referente a los mecanismos de solución de controversias entre los tres socios.
Negociadores de los tres países llevan un año tratando de modernizar el TLCAN, que rige desde 1994 y que Trump considera «un desastre» para su país. Las conversaciones trilaterales se estancaron en mayo, pero en las últimas cinco semanas, Estados Unidos y México buscaron acordar sin Canadá sus asuntos bilaterales, particularmente en lo referido a la industria automotriz, clave para la economía mexicana.
Ante las críticas de que Canadá había sido excluido por sus socios, Freeland insistió que permaneció en estrecho contacto con sus pares estadounidenses y mexicanos durante los últimos tres meses, y que ya se había logrado «un acuerdo de alto nivel con Estados Unidos» sobre algunos asuntos pendientes de autos y derechos laborales.
Freeland, quien se reunió el martes con los negociadores mexicanos, destacó las «concesiones difíciles» que México hizo en comercio automotriz y asuntos laborales.
Los lineamientos para un TLCAN 2.0 anunciados por Estados Unidos y México incluyen mayores porcentajes de contenido regional para la industria automotriz así como requisitos de mano de obra en zonas de salarios más altos, protecciones más estrictas para los trabajadores, y una vigencia del tratado de 16 años, con posible revisión cada seis.
México celebró el acuerdo con Estados Unidos, destino del 80% de sus exportaciones, pero insistió en que aspira a que el TLCAN siga siendo trilateral.
Guajardo advirtió sin embargo esta semana que si Canadá finalmente no se suma a lo pactado entre México y Estados Unidos, algunos temas, como las reglas de origen de la industria automotriz, deberán volver a ponerse sobre la mesa. Pero las pláticas ya no serán una «batalla campal», dijo. AFP