
El 64% de los CFO, directores financieros de empresas, en el país consideran que el trabajo remoto llegó para quedarse ya que apostarán por esta medida cuando se decrete la vuelta a los centros de trabajo, pero sólo para aquellos que así lo permitan, de acuerdo con la nueva edición del “COVID-19 CFO Pulse Survey México” de PwC.
“Asimismo, cuando esto ocurra, los líderes de finanzas también acelerarán la automatización de sus compañías (60%), al tiempo que cambiará sus medidas y requisitos de seguridad para proteger a sus trabajadores”, señala el reporte de la consultora.
Sin embargo, la vuelta a la normalidad podría llevar más tiempo del esperado: la mayoría de los CFO (36%) cree que tardará entre 6 a 12 meses. En la edición anterior, la mayor parte de los encuestados (33%) fijaba esta recuperación entre 3 y 6 meses.
“Aunque la vuelta a la normalidad podría alargarse más de lo deseado, las empresas mexicanas deben pensar en cómo será el día uno después de que el ritmo de los contagios se reduzca y se aplane la curva”, asegura Mauricio Hurtado de Mendoza, socio director de PwC México en el reporte.
El socio director considera que las compañías deberán reforzar los protocolos de seguridad existentes y su apuesta por la tecnología, ya que es vital para poder mantener la productividad y crear un entorno de trabajo seguro.
“Por otro lado, los líderes de negocio deberían analizar la implementación de esquemas de trabajo flexibles, como el teletrabajo, o las licencias temporales, para seguir operando y compitiendo en condiciones similares a las anteriores”, agrega Hurtado.
Para hacer frente a los impactos de la crisis las medidas adoptadas continuarán siendo: la contención del gasto (98% actual frente al 88% anterior), el aplazamiento o cancelación de las inversiones planeadas (71% frente 79% del corte pasado) y el cambio de los planes de financiamiento (51% frente al 39% previo).
Impacto en inversiones
Las inversiones más afectadas por las medidas de suspensión o aplazamiento serán las relacionadas con las instalaciones o bienes de capital (97%), las operaciones (53%) y la fuerza laboral (50%).
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En cuanto a la cadena de suministro, el 53% de los CFO podría optar por cambiar los términos contractuales para proporcionar a su empresa una mayor flexibilidad y proporción. Por otro lado, el 51% apostará por desarrollar alternativas adicionales de abastecimiento e, incluso, el 44% podría cambiar de proveedores.
Fuerza laboral, el reto de mantener el balance
Los problemas de liquidez causados por la expansión del coronavirus están llevando a la mitad de los CFO mexicanos encuestados a considerar diferir o cancelar inversiones en su fuerza laboral como resultado de la expansión del nuevo coronavirus.
A nivel global, 55% de los líderes de finanzas analizan llevar a cabo esta acción, y en Estados Unidos el número se eleva a 62%. “Los desafíos económicos son muy reales, y las acciones de contención de costos en la fuerza laboral son inevitables para algunas empresas, principalmente las pequeñas y medianas”, asegura Mauricio Hurtado de Mendoza.
Tanto para las compañías como para los gobiernos, la mejor manera de ayudar hoy a la economía es protegiendo el empleo.
“Reducir los costos de manera excesiva, para preservar las ganancias puede servir solo para hundirnos aún más en la recesión, y la naturaleza global de esta crisis brinda cierta protección contra la competencia”, afirma”, añade el Socio Director de PwC.
El 80% de los líderes mexicanos (61% anteriormente) asegura que su empresa podría sufrir un impacto en sus finanzas, bien en los resultados de las operaciones como en los períodos futuros, en su liquidez y recursos de capital.
La preocupación por la recesión global también se incrementa ligeramente (del 70% al 73%), mientras que se reduce la relacionada con el consumo cae de forma significativa (del 52% al 38%). Forbes México