El mayor hospital de los barrios rebeldes de Alepo fue bombardeado este sábado, por segunda vez esta semana, mientras el régimen y su aliado ruso proseguían con su campaña militar para retomar la totalidad de la segunda ciudad de Siria.
La ofensiva, lanzada el 22 de septiembre, ha permitido a las fuerzas progubernamentales ir ganando terreno en detrimento de los rebeldes en el centro y el norte de Alepo, con el apoyo de los bombardeos, que han matado a decenas de civiles y provocado destrucciones masivas.
Dividida desde 2012 en un sector oeste, controlado por el régimen, y una parte este, en manos de los rebeldes, Alepo se ha convertido en el principal frente del conflicto sirio, que ha dejado más de 300.000 muertos en cinco años.
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Unas 250.000 personas, incluyendo 100.000 niños, viven en los barrios controlados por los insurgentes y padecen, según la ONU, «la catástrofe humanitaria más grave vista en Siria».
Los esfuerzos diplomáticos para restablecer un alto el fuego parecen estar completamente enterrados a pesar de que Estados Unidos, que apoya a la oposición al régimen, aseguró el viernes que su diálogo con Rusia, aliada de Damasco, no estaba muerto.
El ministerio ruso de Relaciones Exteriores indicó en la tarde del sábado que el jefe de la cartera, Serguei Lavrov, estuvo en comunicaciones con su homólogo estadounidense, John Kerry, y que juntos «analizaron la situación en Siria, incluyendo el tema de una «normalización de la situación en Alepo».
Además, el ministro ruso denunció que «hay grupos armados ilegales» que siguen combatiendo en la ciudad, pese a los acuerdos entre su país y Estados Unidos.
Y mientras, la situación sanitaria y médica es catastrófica en los barrios rebeldes de Alepo. Dos barriles explosivos alcanzaron el sábado al mayor hospital de esta zona, según la Syrian American Medical Society (SAMS).
«Se habla del uso de una bomba de racimo», dijo Adham Sahlul, un responsable de esta oenegé, con sede en Estados Unidos, que administra el hospital. Según él, los pacientes y el personal médico se encontraban dentro del edificio durante el ataque.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) dio cuenta de un muerto en este ataque. AFP