El Tribunal Supremo de Canadá ha legalizado el suicidio asistido médico 22 años después de declararlo ilegal.
El Alto Tribunal ha dado su visto bueno a que los médicos puedan ayudar a morir a pacientes en estado terminal y da un plazo de un año a las autoridades para enmendar la normativa.
Esta decisión supone un giro de 180 grados frente a la que la misma corte tomó en 1993, cuando rechazó la demanda de Sue Rodríguez, una mujer que se encontraba en estado terminal y que reclamaba que se le permitiera el suicidio asistido.
Los nueve jueces del Tribunal Supremo, máxima autoridad judicial de Canadá, votaron a favor de revertir la decisión de 1993 y firmaron de forma conjunta el fallo, lo que los expertos legales afirman que es inusual y tiene la intención de reforzar el consenso.
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«Esto crearía un deber a vivir en vez de un derecho a la vida y cuestionaría la legalidad de cualquier consentimiento a la retirada o negativa de tratamientos para salvar vidas o mantener la vida», añade el Tribunal Supremo.
La revisión de la prohibición al suicidio asistido médico es consecuencia de las demandas presentadas por dos mujeres, Kathleen Carty y Gloria Taylor, que sufrían enfermedades crónicas degenerativas.
Carter murió en 2010 en una clínica suiza que practica suicidios asistidos, mientras que Taylor falleció en 2012 a causa de una infección. Pero antes de morir ambas recurrieron a los tribunales, lo que inició el proceso judicial que ha terminado este viernes.