Zacarias Moussaoui, único condenado en Estados Unidos por los atentados del 11 de septiembre de 2001, aseguró en la cárcel donde cumple cadena perpetua que miembros de la familia real saudí fueron donantes de Al Qaida. Moussaoui afirmó que a finales de los años noventa creó una base de datos digital con los nombres de los donantes de esa red terrorista a petición de los líderes de Al Qaida en Afganistán, según publicó ayer The New York Times.
Entre los nombres que recuerda, están el del príncipe Turki Al Faisal, entonces jefe de los servicios de inteligencia; el príncipe Bandar bin Sultán, antiguo embajador en Washington; o el príncipe Al Waleed bin Talal, uno de los hombres más ricos del mundo.
«El jeque Osama (bin Laden) quería tener un registro de la gente que donaba dinero, de la gente a la que había que escuchar o de los que contribuyeron a la yihad», explicó Moussaoui en su celda en la prisión de máxima seguridad de Florence, en el estado de Colorado. Las declaraciones fueron recogidas por un grupo de abogados que lo visitó en octubre tras negociar con las autoridades su intención de declarar como testigo en un juicio contra Arabia Saudí en un tribunal federal de Nueva York, según explica el diario. Los testimonios, archivados por los abogados en un centenar de páginas, fueron presentados el pasado lunes ante el tribunal del juez federal George Daniels, al frente del caso contra Arabia Saudí iniciado por familiares de víctimas del 11S.
Moussaoui, de origen francés, aseguró también a los abogados que actuó como «correo» de Bin Laden para llevar mensajes personales a destacados príncipes y clérigos saudíes y describió su entrenamiento en los campos de Al Qaida en Afganistán.
En otro momento de su declaración, el hombre afirmó que durante un viaje que hizo un funcionario de la Embajada saudí en Washington a Kandahar llegaron a hablar de un plan para derribar el avión presidencial Air Force One con un misil Stringer. «Estaba previsto que viajara con él a Washington para localizar un sitio desde donde lanzar el ataque con un Stringer y después poder escapar», relató el terrorista, que añadió que fue detenido antes de poder hacer la «misión de reconocimiento».
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Respuesta saudí
«Moussaoui es un criminal trastornado cuyos propios abogados presentaron evidencias durante el juicio de su incapacidad mental. Sus palabras no tienen ninguna credibilidad», dijo la Embajada de saudí en un comunicado remitido al diario.
La querella contra Moussaoui se presentó por primera vez en 2002 pero ha sido objeto de varios obstáculos legales, ya que un tribunal la rechazó en 2005 alegando «inmunidad soberana» de Arabia Saudí, decisión que fue ratificada también por una corte de apelaciones. Sin embargo, ese mismo tribunal de apelaciones revirtió su fallo y entonces el Gobierno saudí recurrió a la Corte Suprema, que a su vez rechazó estudiar el caso y volvió a remitirlo a un tribunal federal de Nueva York, según recuerda el diario.
Moussaoui fue detenido por el FBI tres semanas antes del 11S por violación de las leyes de inmigración y después fue inculpado por su implicación indirecta en los atentados más sangrientos de la historia de Estados Unidos. Condenado a cadena perpetua en 2006, durante el juicio aseguró que tenía previsto secuestrar un avión el 11 de septiembre de 2001 y estrellarlo contra la Casa Blanca, aunque durante mucho tiempo había negado cualquier participación directa en los atentados.