Luis Enrique Orozco, Gobernador Interino de Nuevo León, ha renunciado al cargo a través de la entrega de una solicitud de licencia para el mismo. Lo hace en nombre de la paz que necesita el estado.
México está viviendo uno de sus episodios más reveladores de la propagación de actos de funcionarios públicos retando a las leyes del país.
Así ha quedado demostrado en el lamentable caso que vive el estado de Nuevo León, entidad que hasta hace poco era más conocida por su desarrollo, que por sucesos políticos deplorables como el ocurrido este fin de semana, en el que su propio gobernador Constitucional, Samuel García, protagonizó un intento de pasar por encima de la Ley.
García había solicitado licencia para convertirse en candidato presidencial, sin embargo, al ver que sus aspiraciones estaban muy lejos de conseguirse y además, que el Congreso de Nuevo León no seguía sus intenciones de dejar como gobernador Interino a quien Samuel quería, éste decidió a última hora, simplemente, anunciar que regresaba al cargo que ya había sido ocupado de manera legal.
Se sabe que García puede ahora regresar al tal vez, último cargo de elección popular que habrá de ocupar luego de su desmesura, ignorancia y frustración que ha dejado de manifiesto. Esto luego de que el gobernador Interino solicitara licencia.
Para regresar, debía seguir un procedimiento legal y no simplemente, presentarse y anunciar que está de regreso. Lo que por cierto, ya no será necesario.
Por lo pronto, Luis Enrique Orozco ha anunciado su renuncia al cargo de Gobernador Interino y deja abierta la puerta para que García reasuma su papel en el gobierno estatal. Dijo que para abonar a que el estado alcance la paz que necesita con urgencia.
El gran problema, es que en México existe gente que sigue el camino del presidente Andrés Manuel López, quien hace tiempo lo dijo: «A mi no me digan que la Ley, es la Ley», en una posición reveladora de su pretensión de reconocerla cuando convenga e ignorarla cuando lo considere necesario. www.tictacnews.us