Quienes poseen apartamentos muy pequeños para albergar perros o viven en un lugar muy concurrido para pasearlos, como en la congestionada Tokio, pueden ahora pagar por estar en un lugar para gozar del amor incondicional del mejor amigo del hombre.
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Aunque los administradores del edificio de residencia autoricen la presencia de animales, pues el tamaño promedio de los apartamentos es muy reducido.
Ahí surge la utilidad de un lugar como Corazón de Perro.
A unos pasos del parque Yoyogi, uno de los pulmones verdes de Tokio, Corazón de Perro forma parte de un complejo que en parte es zoológico y en parte lugar de alquiler.
Los visitantes pueden elegir entre sentarse o acariciar más de 20 animales, o llevárselos a dar un paseo por el parque.
Media hora de jugueteos con los perros cuesta 950 yen (8 dólares), mientras que 60 minutos de paseo con un perro cuesta 3.600 yenes. Ambas actividades pueden ampliarse por un costo adicional.
Desde la apertura en 2012, la propietaria Yukiko Tsuchiya, de 50 años, dice que su negocio crece, y varios clientes vienen cada semana.
«En los suburbios, es fácil tener contacto con perros, pero en Tokio, hay demanda para lugares como éste», añadió.
«La gente trae a sus hijos, las parejas se dan cita aquí, hombres y mujeres vienen … y también los ancianos, porque se sienten muy viejos para tener un perro en casa», añade.
Pero no todo el mundo está de acuerdo con esto.
La Coalición para el Bienestar de los Animales (JCAW), un grupo militante, dice que los sitios donde se alquilan perros pueden causarles posibles riesgos físicos y psicológicos, como estrés mental a causa del mal manejo de los animales.
«Los animales sin duda estarán confundidos o frustrados por la gran variedad de gente que va al lugar», dijo la directora de la JCAW, Koichi Aoki.