
El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, celebró este lunes la victoria en el referéndum constitucional del domingo que amplía sus poderes, al tiempo que la oposición pedía la anulación de una votación que puso de manifiesto las divisiones del país.
A su regreso a Ankara, donde lo esperaba una multitud de partidarios delante del aeropuerto de Esenboga, el mandatario prometió que «las cosas (irían) mejor» tras la entrada en vigor de la reforma constitucional. Luego se dirigió hacia el palacio presidencial con su comitiva bajo los aplausos de algunos de sus seguidores, que llenaron las calles de la capital turca.
Erdogan no respondió a las acusaciones de los dos principales partidos de la oposición, que denunciaron irregularidades durante el referéndum, en el que el ‘sí’ logró un 51,4% de los votos, según resultados provisionales difundidos por los medios de comunicación.
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El gobernante Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) ha hecho caso omiso de las críticas y ya ha anunciado que, a finales de abril, le propondrá a Erdogan que regrese a sus filas -el primer punto de la reforma constitucional-, ya que el presidente no podía integrar ninguna formación política hasta el momento.
Un día después de la votación, cuyo resultado ajustado ilustra la polarización de la sociedad turca, la canciller alemana, Angela Merkel, exhortó a Erdogan a un «diálogo respetuoso» tras una «campaña electoral dura» que dividió profundamente el país.
Erdogan no obtuvo el triunfo contundente al que aspiraba, pero cuando los principales puntos de la reforma entren en vigor, tras las próximas elecciones de 2019, tendrá todo el poder ejecutivo en sus manos, con la posibilidad de gobernar por decreto y una fuerte influencia sobre los poderes judicial y legislativo.
– Campaña no equitativa –
Una misión conjunta de observadores de la OSCE (Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa) y el Consejo de Europa criticó este lunes duramente la campaña por el referéndum al considerar que no fue equitativa.
Para Cezar Florin Preda, integrante de la misión de observación, los bandos del ‘sí’ y del ‘no’ «no tuvieron las mismas oportunidades».
Las dos mayores formaciones opositoras, el socialdemócrata Partido Republicano del Pueblo (CHP) y el prokurdo Partido Democrático de los Pueblos (HDP), fueron más lejos al denunciar «manipulaciones» durante la votación y anunciar que pedirían el recuento de los votos. Ambos partidos criticaron la decisión del Alto Consejo Electoral (YSK) de aceptar como válidas las papeletas no marcadas con el sello oficial de las autoridades electorales, una iniciativa que, según ellos, posibilitó los fraudes.
«Modificaciones tardías en el procedimiento de la votación suprimieron importantes garantías» contra los fraudes, agregó Preda, refiriéndose a la decisión del YSK. El jefe del YSK, Sadi Güven, rechazó este lunes las críticas, afirmando que esas papeletas eran «válidas».
El Gobierno de Turquía denunció este lunes las conclusiones «sesgadas» de la misión de observación de la OSCE y del Consejo de Europa. «Estas primeras conclusiones reflejan una aproximación sesgada y parcial», afirmó el ministro de Exteriores turco en un comunicado.
– Relaciones con Europa –
Durante la campaña, el Gobierno insistió en que la reforma constitucional era indispensable para garantizar la estabilidad de Turquía, pero la oposición y las ONG lamentaron una campaña desigual, marcada por una presencia predominante de los partidarios del ‘sí’ en los medios de comunicación y la encarcelación de dirigentes prokurdos y periodistas críticos.
La actitud de los dirigentes turcos, que asimilaron a los partidarios del ‘no’ a «terroristas» o «golpistas», también contribuyó a dividir a la sociedad turca.
En los últimos meses se registró, además, una degradación de las relaciones entre Turquía y la Unión Europea (UE) después de que el presidente acusara de «prácticas nazis» a algunos países europeos que habían prohibido actos de la comunidad turca a favor del ‘sí’.
El domingo, Erdogan planteó la posibilidad de organizar un nuevo referéndum sobre el restablecimiento de la pena de muerte, una línea roja para la UE, como lo recordó este lunes el ministro francés de Relaciones Exteriores, Jean-Marc Ayrault.
Su homólogo austríaco, Sebastian Kurz, estimó por su parte que el referéndum turco debería conducir a la UE a parar las negociaciones de adhesión de Turquía al bloque.
«Debemos parar las negociaciones de adhesión a la UE y trabajar, en su lugar, en un acuerdo de vecindad con Turquía», escribió en Twitter.
Con la nueva Constitución, Erdogan podrá permanecer en el poder hasta el año 2029. Entre 2003 y 2014, hasta su elección a la presidencia, ocupó el cargo de primer ministro. AFP