Algunas tiendas cerraron y el tráfico era menor al de costumbre, pero la mayoría de los residentes de la capital venezolana ignoraron los llamados a permanecer el viernes en sus casas como parte de un paro convocado por la oposición para protestar contra el presidente Nicolás Maduro.
Como parte de una creciente campaña para exigir la salida del poder de Maduro, luego que las autoridades electorales cancelaron la posibilidad de un referendo contra su mandato, la oposición llamó a un paro de 12 horas en todo el país que al menos en la capital no tuvo gran efecto.
Calles y avenidas de Caracas y otras ciudades del país lucían con menos movimiento que lo usual, pero el transporte y algunos comercios y escuelas están funcionando, universidades importantes cerraron pero los bancos están abiertos, es decir el transporte público operó con normalidad y numerosas empresas y comercios abrieron en su mayoría.
«Este es un mensaje a los dirigentes de la derecha: su paro fracasó», dijo Tareck El Aissami, el gobernador oficialista del estado de Aragua. «Nadie va a apoyar un golpe».
Altos funcionarios amenazaron en la víspera con expropiar a las empresas que se sumaran al paro, pese a que los principales gremios empresariales de este país sudamericano insistieron en que sería una protesta ciudadana y «no un paro patronal y comercial» destinado a sabotear la ya en crisis economía venezolana.
Maduro suele acusar a los empresarios de conspirar contra el gobierno.
Algunos venezolanos simplemente dijeron que no podían darse el lujo de permanecer en su casa.
«Si no salgo a comprar, no como esta noche», dijo Gipssy Bracho, una jubilada de 59 años.
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Pero a diferencia del ahora fallecido Chavez, todavía venerado, su sucesor no cuenta con un amplio apoyo popular de acuerdo a diversas encuestas que indican que 80% de los electores desean que Maduro abandone el poder.
«Tengo un vecino que amaneció enfermo, pero igualito fue a trabajar por miedo a que en el ministerio piense que es un escuálido (como los oficialistas llaman a sus opositores), como él deben haber muchos», dijo Ana Sofía Rojas, una empleada doméstica de 53 años.
El Estado venezolano es uno de los mayores empleadores del país. De acuerdo al último censo realizado en 2011, en Venezuela existían 2,4 millones de empleados. Algunos analistas estiman que esa cifra en años recientes pudo haberse duplicado.
La oposición convocó para el 3 de noviembre a una marcha hacia el palacio presidencial si el gobierno no revierte la decisión de bloquear el esfuerzo de referendo.
Los adversarios de Maduro también llevan adelante un «juicio político» contra Maduro, a quien acusan de abandonar sus deberes constitucionales e instaurar una dictadura.
Los parlamentarios opositores, que controlan el Congreso por primera vez en 17 años, resolvieron el martes enjuiciar a Maduro después de que un tribunal afín al gobierno bloqueara un proceso de recolección de firmas para activar un referendo con el fin de separar del cargo al gobernante
El juicio político podría profundizar la crisis en el país, aunque es poco probable que tenga consecuencias judiciales. La Asamblea Nacional puede iniciar el proceso, pero la ley establece que debe ser avalado por la Contraloría y la Fiscalía General. La decisión final recae en el Tribunal Supremo de Justicia, cuyos magistrados nunca han votado contra Maduro y son señalados de estar bajo el control del oficialismo. AP