
La calma después de la tormenta en el este de Florida era lúgubre el sábado. Los residentes del área de Jacksonville evaluaban los daños mientras los primeros reportes daban cuenta de secuelas catastróficas en la histórica ciudad de St. Augustine.
En la mañana del sábado, Matthew avanzaba, degradado a categoría 1, hacia las ciudades coloniales de Charleston en Carolina del Sur y Savannah, Georgia, luego de dejar al menos 400 muertos en Haití y cinco en Florida.
El viernes de noche, el huracán categoría 3 golpeó con fuerza la costa noreste de Florida, donde la marejada inundó las calles de las zonas costeras y las crecidas del río St. Johns dejaron muelles bajo el agua.
A su paso, Matthew arrebató la electricidad a más de un millón de personas, aunque el servicio comenzaba a restablecerse el sábado, con lentitud.
Algunos vecinos de Jacksonville Beach y las playas vecinas que habían desobedecido las órdenes de evacuación deambulaban por las zonas afectadas para ver los daños.
Se veían árboles y ramas caídas, calles llenas de escombros traídos por la marejada, ya retirada, y algunas vías inundadas.
Pero la tormenta llegó con menos fuerza de la esperada y los daños no fueron tan implacables como se temía.