
Un extenso gasoducto marino que formó parte de una reciente controversia entre el gobierno mexicano e inversionistas del sector energético inició operaciones comerciales, informaron el martes las empresas involucradas en el proyecto.
A finales de agosto, el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador anunció la renegociación de multimillonarios contratos de transporte de gas con varias empresas, desactivando la amenaza de arbitrajes internacionales por parte de la estatal de electricidad, CFE.
El gasoducto de 2,600 millones de dólares y 772 kilómetros de la canadiense TC Energy y IEnova, de la estadounidense Sempra Energy, formó parte de los contratos renegociados.
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México es altamente deficitario en gas natural y tiene que importar grandes cantidades, principalmente desde Estados Unidos, a medida que el consumo industrial aumenta y plantas de electricidad migran del combustóleo a gas natural.
La disputa con la CFE, en la que también estuvieron involucradas una filial del Grupo Carso y Fermaca, controlada por el fondo suizo Partners Group, despertaron nuevamente temores sobre si el gobierno respetaría contratos firmados en el gobierno anterior o sucedería lo mismo que con el proyecto del aeropuerto de Ciudad de México, que fue cancelado. Reuters