Los grupos que el año pasado movilizaron a millones de brasileños contra la entonces presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, volverán el domingo a las calles de varias ciudades, pero esta vez para protestar contra la creciente corrupción en el país.
Los grupos “Vem para Rua” (Sal a la calle) y Movimiento Brasil Libre, que se dicen desvinculados de los partidos políticos y utilizan las redes sociales como herramienta de movilización, tienen previsto para mañana marchas de protesta en 127 municipios de 25 de los 27 estados del país, así como en algunas ciudades en el exterior como Lisboa y Nueva York.
Los dos movimientos fueron los más activos entre los que, en diferentes jornadas de protestas en 2015 y 2016, movilizaron a millones de brasileños contra Rousseff, que finalmente fue destituida en agosto pasado por violaciones a las normas fiscales y sustituida por su vicepresidente, Michel Temer.
En su protesta más numerosa, el 13 de marzo de 2016, ambos grupos consiguieron llevar a las calles de 300 municipios de Brasil a entre 3,6 millones de manifestantes, según la Policía, y 6,9 millones, según los organizadores.
Pero con Rousseff fuera de la Presidencia, los dos movimientos, que estaban adormecidos, dirigen ahora sus miras contra la corrupción y contra las iniciativas del Congreso para frenar las investigaciones por el gigantesco escándalo de desvíos en la petrolera estatal Petrobras.
Para las dos organizaciones, el fin de los 13 años de gobierno del Partido de los Trabajadores (PT), la formación de los expresidentes Luiz Inácio Lula da Silva y Dilma Rousseff, no puso fin a la cultura de la corrupción en Brasil.
La principal preocupación de “Vem para rua” es manifestar apoyo a la “Lava Jato”, como es conocida la investigación contra los acusados de saquear la Petrobras, ya que numerosos políticos vienen intentando frenarla y aprobar una amnistía para los acusados.
Los propios fiscales responsables de Lava Jato alertaron la semana pasada, cuando la investigación completó tres años, de las iniciativas de algunos políticos y organismos para frenar el proceso que destapó el mayor escándalo de corrupción en Brasil.
“Tenemos a buena parte del Legislativo y del Ejecutivo contra la investigación. Hay organismos que intentan impedirla. Hay intentos para derrumbar la investigación y la población tiene que estar atenta a eso”, alertó el fiscal Carlos Fernando dos Santos Lima, uno de los responsables del caso.
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Dos Santos Lima pidió a la población estar alerta sobre las medidas para frenar la lucha contra la corrupción que puedan impulsar los cerca de 100 políticos con fuero privilegiado que la Fiscalía pidió investigar por supuestamente haberse beneficiado de los desvíos en Petrobras.
Los congresistas investigados intentaron aprobar una amnistía para los candidatos que recibieron recursos ilegales en sus campañas electorales y una ley que limitaba la acción de los fiscales sobre autoridades.
Según el principal líder de “Vem para rua”, Rogerio Chequer, en el Congreso hay en estos momentos varios proyectos de ley próximos a ser votados que amenazan el combate a la corrupción.
Chequer citó entre tales proyectos uno que reforma la legislación electoral para que los ciudadanos no voten por un político sino por un partido.
“Los electores serán obligados a votar en las listas presentadas por los partidos y no podrán elegir al político que quieren. Los corruptos quieren ser reelegidos pero están con miedo por la reacción de la población a los escándalos y por eso buscan una forma de evitar que los rechacen”, dijo.
Los manifestantes también marcharán mañana contra una iniciativa que pretende elevar los fondos con los que el Gobierno financia las campañas electorales y para exigir el fin del fuero privilegiado, que dificulta el procesamiento de los congresistas y ministros acusados de recibir recursos desviados de Petrobras.
Entre los grupos que han dicho que participarán en las protestas del domingo también figuran algunos que piden el regreso de los militares al poder en Brasil y la suspensión del estatuto que limitó el porte de armas en el país.
Aunque algunos manifestantes prometen pedir la renuncia del presidente Temer, los opositores al actual Gobierno al parecer serán minoritarios en las calles. EFE