Hillary Clinton, considerada por sus detractores como muy cercana a los círculos financieros, se posicionó el lunes como la candidata que aumentará los ingresos de la clase media al tiempo que disciplinará los excesos de Wall Street, al presentar su visión económica de cara a las presidenciales estadounidenses de 2016.
En el primer gran discurso económico de su campaña, la exsecretaria de Estado y ex primera dama, que lidera ampliamente los sondeos del lado demócrata, insistió en la necesidad de un «crecimiento fuerte, justo y a largo plazo», que beneficie a todos los estadounidenses y no solo «a los de arriba».
«La desigualdad es un freno para nuestra economía y es el problema del que debemos ocuparnos», agregó.
«El desafío económico de nuestra época es claro: tenemos que aumentar los ingresos de los estadounidenses que trabajan duro», continuó.
Clinton aprovechó además para atacar a su oponente republicano Jeb Bush, quien había estimado recientemente que sus conciudadanos debían trabajar más. «No necesitan un sermón, necesitan aumentos», dijo en un discurso de 50 minutos en la universidad «The New School», en el muy elegante barrio de Greenwich Village en Manhattan.
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La esposa del expresidente Bill Clinton dijo estar a favor de un alza del salario mínimo, una baja de los costos de salud y un papel más importante de los sindicatos.
Considerada por algunas como demasiado cercana al mundo empresarial, Hillary declaró además que «los de arriba» tenían que pagar «una parte equitativa» en términos de impuestos, y que las familias que trabajaban duro «merecen una ayuda fiscal».
También denunció un sistema financiero y corporativo que se preocupa más de los resultados trimestrales para sus accionistas que de las inversiones a largo plazo para los empleados.
«Algunas de nuestras grandes empresas gastaron más de la mitad de sus ingresos comprando sus propias acciones y un tercio comprando dividendos. Eso debe cambiar», afirmó, prometiendo «un plan para frenar los riesgos excesivos en Wall Street».