A este punto se está llegando en el estado de oro de Estados Unidos, en el que cada vez es más evidente su destrucción, por las decisiones de los gobiernos demócratas, a quienes ya no les importa mantener grande a California.
En la fotografía luce la mirada en blanco del otrora bullicioso Pacific Theatre en Hollywood Boulevard que ahora queda como una metáfora del malestar, si alguna vez hubo uno.
La imagen de Sara capta a la perfección el estado de este edificio que fue alegre y emblemático, acentuado por el omnipresente grafiti pandillero.