Indígenas y afrocolombianos alertaron a la opinión pública nacional sobre el riesgo que representa para esas comunidades la excesiva militarización de sus territorios originarios, situados en el Cauca y zonas aledañas, reseñaron hoy diarios locales.
Los habitantes están preocupados por lo que consideran podría ser una nueva ocupación de sus escenarios primigenios, similar a la ocurrida en 2001, precisó el periódico El Espectador.
Según una carta de denuncia elaborada por pobladores de la zona conocida como Alto Naya, desde el pasado 21 de marzo comenzó un desembarco de efectivos del ejército y la policía antinarcóticos en áreas del municipio Buenaventura, perteneciente al vecino Valle del Cauca.
Al día siguiente -añadieron- arribaron cuatro helicópteros a Buenos Aires (Cauca), con uniformados, que superan actualmente la cifra de 300 en todo el sector.
Solicitamos a la opinión pública y a la Defensoría del Pueblo estar muy alertas pues los residentes en esta región temen por sus vidas, reza el documento en el que recordaron la masacre perpetrada contra sus poblaciones en 2001 por las extintas autodefensas, en contubernio con la fuerza pública, que custodió la entrada del grupo armado, aseguraron.
Esas bandas paramilitares estuvieron vinculadas a las mafias de la droga y cometieron actos atroces contra civiles, entre ellos exterminios masivos y expulsiones territoriales, fenómeno conocido como desplazamiento forzado.
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Hacemos un llamado a la fuerza pública para que respete los derechos de los habitantes ancestrales de la localidad y no ponga en riesgo su integridad física, insistieron voceros de los lugareños.
Hace más de un mes indígenas del Cauca, con costas en el Pacífico, protagonizan una protesta para recuperar espacios que consideran suyos dentro de ese departamento, movilización que adiciona elementos de tensión al ya complejo panorama territorial.
En conjunto reclaman unas 25 mil hectáreas y el cumplimiento de un acuerdo sobre restitución de tierras como reparación por otra masacre sufrida por los aborígenes de la etnia Nasa en la vega El Nilo, del municipio Caloto (1991).
De acuerdo con reportes preliminares, los enfrentamientos con la policía dejaron más de 200 heridos en 30 días.
Los indios decidieron ocupar los terrenos en disputa, mientras los militares intentan desalojarlos por la fuerza de dichos predios, usados ahora por empresas cañeras.
