
Los independentistas catalanes, encabezados por el presidente regional, Carles Puigdemont, lanzaron este jueves la campaña por el sí en el referéndum de autodeterminación del 1 de octubre, ignorando abiertamente al Gobierno y la justicia españoles, dispuestos a impedirlo a toda costa.
«Hoy, 14 de septiembre de 2017, damos inicio a la campaña del sí del referéndum», dijo la presentadora Txe Arana a las 8.000 personas que casi llenaban la antigua plaza de toros de Tarragona, decorada con tres grandes pancartas con los lemas «Hola Europa», «Hola República», «Hola nuevo país».
Poco pareció importarles ser advertidos durante el día de que el acto era ilegal y no podía celebrarse. «¿Has presentado alguna vez algún acto ilegal?», se mofaban los presentadores, que incluso mostraron una papeleta del escrutinio, buscadas estos días por la policía junto a todo el material de la votación.
In fact, the use of olive fast generic cialis oil can increase the levels of testosterone by 17.5 percent in only three weeks’ time. There are many online cialis stores stores which can deliver you these medicines. This improvement will take time, and a short cut can be taking cialis tadalafil 50mg which can help him. The training imparted by them focuses on the importance women viagra for sale of attitude in preventing accidents.
«¡Un abrazo a los primeros insumisos!», lanzó un miembro de la izquierda radical independentista a los asistentes.
La suspensión del escrutinio por parte del Tribunal Constitucional, las advertencias del Gobierno español de Mariano Rajoy y las querellas presentadas por la fiscalía contra todo el ejecutivo regional no alteran por el momento los planes de Puigdemont y los suyos.
«Dijeron que este acto no se haría y no sólo lo hemos hecho sino que por la gente que había fuera, lo podríamos haber hecho dos veces», lanzó el presidente Puigdemont en referencia a los cientos de simpatizantes que no pudieron entrar al acto.
«Nos dicen que el día 1 de octubre no votaremos. ¿Y qué creéis que pasará el día 1 de octubre? Claro que votaremos», continuó mientras el público rugía «votaremos, votaremos».
– El No se abstiene –
Los separatistas disponen de dos semanas para movilizar a los suyos y también a sus críticos, recelosos de participar en esta votación. Si la ganan, prometen declarar una república independiente en esta región de 7,5 millones de habitantes en el noreste de España.
El Gobierno de Puigdemont no estableció un mínimo de participación para considerar válido el resultado, pero conseguir una alta movilización es clave para su credibilidad.
Los partidos contrarios a la secesión no participarán en la campaña de este referéndum y piden a sus electores no ir a votar aunque ello lleve a una victoria abrumadora del sí.
«Esto es un engaño. Ellos quieren hacer un simulacro de referéndum para justificar una declaración de independencia», asegura a la AFP Salvador Illa, secretario de organización del Partido Socialista de Cataluña, contrario al voto.
El presidente del Gobierno español, el conservador Mariano Rajoy, que acudirá el viernes a Barcelona, también instó a los ciudadanos a quedarse al margen y no participar en «un acto absolutamente ilegal».
En las afueras de la plaza de toros de Tarragona, la segunda capital de provincia de la región y con poco arraigo del independentismo, Josep Enric Sabaté fumaba un puro mientras observaba «con tristeza» la larga cola para entrar al recinto.
«Parece que toda Cataluña es independentista. Y no es así, de hecho son minoría» según la mayoría de sondeos, afirmaba este empresario inmobiliario de 44 años que no piensa participar en la votación convocada por Puigdemont.
«Es un gobierno solo para separatistas, no es un gobierno para todos los catalanes. El resto estamos excluidos», lamentaba.
– Más presión –
Las instituciones españolas están aumentando la presión día tras día.
La fiscalía general del Estado ordenó el miércoles citar a los más de 700 alcaldes catalanes que quieren cooperar en el referéndum y detenerlos si no se presentan. Este jueves hizo lo mismo con los cinco miembros de la junta electoral que debe supervisar la votación.
Las autoridades prohibieron toda propaganda sobre «el referéndum ilegal» y cerraron el sitio web oficial del referéndum, restablecido poco rato después por el Ejecutivo catalán en otra dirección.
Varios diarios de la región han evitado difundir la campaña institucional del 1 de octubre.
Pero según el vicepresidente, Oriol Junqueras, en el mitin, «las amenazas nos hacen más fuertes» y este jueves ya eran 750 municipios los que colaborarían con el referéndum, anunció.
Por su parte, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, anunció que en la capital catalana, con una quinta parte de la población regional, «el 1 de octubre se podrá participar» aunque sin precisar cómo se llevará a cabo.
Insumisa Cataluña, una región estratégica para España
La región española de Cataluña, tan grande como Bélgica, es una de las más estratégicas para la cuarta economía de la zona euro.
-Turística, moderna, endeudada-
Este territorio nororiental con lengua y cultura propias, representa el 6,3% de la superficie de España, un 16% de su población y un 20% de su PIB.
Tierra de los pintores Salvador Dalí y Joan Miró o del arquitecto Antoni Gaudí, donde es tradición bailar la sardana y construir torres humanas (los «castells»), es un imán turístico: atrae al 22,5% de los visitantes que llegan a España.
En deportes, su capital, Barcelona, es la única ciudad española que ha sido sede de los Juegos Olímpicos, en 1992, y el equipo FC Barcelona de Lionel Messi, vivero de futbolistas de la «Roja», es el segundo club del país con más títulos, con 24 Ligas y cinco Ligas de Campeones.
Cataluña alberga industrias de punta y centros de investigación destacados, entre otros en el campo nuclear y de la biomedicina. Es el origen además de un cuarto de las exportaciones españolas, mientras muestra una tasa de desempleo del 13,2%, cuatro puntos por debajo de la media del país.
También es una de las regiones más endeudadas, con una deuda pública equivalente al 35,2% de su PIB (75.400 millones de euros a fines de marzo) y acude regularmente por dinero a un fondo de liquidez especial del Estado español.
Pero la región denuncia una repartición desigual del dinero público en España, responsable a su juicio de su asfixia financiera.
-Amplias competencias-
Cuna del anarquismo en España, Cataluña ha mantenido a menudo relaciones complejas con el poder central. El dictador Francisco Franco le retiró sus competencias y aplicó una dura represión al fin de la Guerra Civil tras la caída de Barcelona, bastión republicano, llegando a prohibir el uso oficial del catalán.
Hoy, dispone de amplias competencias al ser una comunidad autónoma «histórica», al igual que el País Vasco (norte), Galicia (noroeste) y Andalucía (sur).
En virtud de un sistema que hace de España un país muy descentralizado, las autoridades de Cataluña deben respetar la Constitución, pero administran directamente la salud y la educación, al punto de haber sido acusadas por los conservadores de minimizar el uso del castellano o manipular los programas de historia.
Dispone de policía propia, los «Mossos d’Esquadra», que debe seguir las consignas del poder central.
-Nacionalista-
Fue durante mucho tiempo dirigida por la coalición Convergencia i Unio (CiU, Convergencia y Unión, nacionalista y conservadora) de Jordi Pujol, presidente regional entre 1980 y 2003.
Pujol tuvo mucha ascendencia en Cataluña y en Madrid, donde negoció el apoyo de sus diputados tanto con la derecha como con la izquierda.
Pero, inmerso en la década de 2010 en escándalos de fraude fiscal y corrupción, su imagen quedó dañada.
A partir de 2003, Cataluña estuvo dirigida por una coalición de izquierda que logró ampliar sus competencias.
Pero el estatuto de autonomía fue anulado parcialmente en 2010 por el Tribunal Constitucional, insuflando aire al sentimiento independentista y retornando al poder a los nacionalistas con Artur Mas, presidente regional entre 2010 y fines de 2015.
La crisis económica alimentó por igual al separatismo.
Conservador como Pujol, el nacionalista Mas fue poco a poco asumiendo la causa independentista y organizó el 9 de noviembre de 2014 una primera «consulta» sobre la independencia, prohibida por la justicia.
CiU se dividió, tironeada por conservadores moderados y defensores de la independencia.
Separatistas de derecha e izquierda formaron la coalición «Junts pel Si» (Juntos por el Sí), imponiéndose en las elecciones regionales de septiembre de 2015, que semejaron un plebiscito sobre la independencia, registrando una participación récord del 77,4%.
Los partidos independentistas obtuvieron un 47,6% de los votos, y así se aseguraron una mayoría en el Parlamento regional, de 72 de los 135 escaños, gracias al sistema electoral catalán que favorece el voto rural, también el más independentista.
El 10 de enero de 2016, Carles Puigdemont reemplazó a Artur Mas al frente de la región, con el proyecto de impulsarla hacia la independencia a más tardar en 2017. AFP