
LILIANA JIMENEZ
Jacona, Michoacán.-Este viernes, el cabildo de Jacona destituyó al Director de Seguridad Pública Municipal, Concepción Blancas Bernal, en respuesta a las constantes quejas y denuncias sobre abusos y extorsiones perpetradas por el mando.
Sin embargo, investigaciones sugieren que las manifestaciones que llevaron a esta decisión podrían haber sido orquestadas y financiadas por grupos delictivos.
Aproximadamente a las 13:30 horas, un grupo de personas se congregó en la avenida Morelos, frente a las instalaciones de la refresquera Coca Cola.
Los manifestantes portaban cartulinas con leyendas como “Fuera Director” y “Fuera Blancas”, exigiendo la destitución del Director.
A las 15:00 horas, el ayuntamiento local emitió un comunicado oficial informando sobre la destitución de Blancas. En el comunicado, el cabildo expresó su preocupación ante las quejas ciudadanas sobre el uso indebido de los retenes policiales, que según se denunciaba, eran utilizados para extorsionar a la población en lugar de protegerla. Esta situación había generado un conflicto considerable en la parte sur del municipio.
Lo que parecía ser una respuesta legítima a las inquietudes ciudadanas se ha visto empañado por revelaciones sobre la manipulación detrás de estas movilizaciones.
Las investigaciones han llevado al hallazgo de audios y mensajes que sugieren que los participantes en las manifestaciones estaban siendo pagados por grupos criminales. A continuación, se presenta una transcripción parcial de algunas conversaciones interceptadas:
– *Audio 1:* «Por ahí todos los compañeros que puedan apoyar con su familia… hay que hacer montón ahí banda todos… por favor mande a su familia.»
– *Texto 5:* «300$ por persona al que vaya.»
Estas grabaciones indican una clara intención de movilizar a la población bajo incentivos económicos, lo cual plantea serias preguntas sobre la integridad del proceso democrático local y el impacto del crimen organizado en la vida ciudadana.
Las autoridades competentes están llevando a cabo investigaciones adicionales para recopilar más pruebas y determinar los próximos pasos legales. Este fenómeno no es nuevo; ha habido precedentes donde grupos delictivos utilizan tácticas similares para influir en la opinión pública y desestabilizar a las autoridades locales.
La situación en Jacona resalta la complejidad del entorno en el que operan las fuerzas del orden público y cómo los intereses criminales pueden infiltrarse en movimientos sociales legítimos.