El presidente Joe Biden está muy lejos de reconocer el golpe mortal que ha dado a la economía estadounidense, principalmente cuando este día dirigió un mensaje en el que ignora que recibió una economía estable y en crecimiento.
La economía de Estados Unidos marchaba de una forma increíble en su recuperación con las medidas implementadas por el expresidente Donald Trump, hasta que entró en un retroceso con el arribo a la Casa Blanca de Biden y sus más de 75 órdenes ejecutivas en sus primeros 15 días de gobierno, con la única intención de revertir todo el éxito económico y político logrado por Trump y su gabinete.
A sólo horas de su investidura, Biden destruyó 11.000 puestos de trabajo al elimar el proyecto del oleoducto Keystone XL y otros miles al detener la línea 5 del oleoducto Enbrige en Michigan. Ese fue apenas el comienzo.
Biden se ha descrito a sí mismo como un “hombre sindicalista” y alguien que cuida al trabajador estadounidense. Este movimiento contradijo desde un principio esas afirmaciones.
La economía nacional se hunde y la intención de voto para los demócratas está casi en extinción, por el pésimo desempeño de la actual administración federal.