La Segunda Guerra Mundial se coló este viernes en el duelo presidencial en Francia, cuando el partido de Marine Le Pen tuvo que expulsar a su presidente interino, acusado de declaraciones negacionistas, mientras que Emmanuel Macron viajaba a un pueblo marcado por una masacre nazi.
Jean-François Jalkh, que fue nombrado el lunes presidente interino del Frente Nacional (FN) después de que Marine Le Pen decidiera apartarse temporalmente de la presidencia del partido, fue remplazado este viernes por el diputado europeo Steeve Briois.
«Hoy, es Briois quien toma el relevo. Punto y seguido, el asunto está cerrado», declaró este viernes el vicepresidente del partido, Louis Aliot, después de los revuelos suscitados por el nombramiento de Jalkh.
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En unas declaraciones publicadas en 2005 en una revista universitaria, el militante de 59 años evocó la «seriedad y el rigor» del argumento de los trabajos del universitario negacionista Robert Faurisson, a menudo condenado por haber negado la realidad del holocausto judío durante la Segunda Guerra Mundial.
«Condenamos este tipo de declaraciones y él las niega», dijo Aliot. Desde que tomara las riendas del FN, Marine Le Pen se ha esforzado por pulir la imagen incendiaria de la formación, durante mucho tiempo alimentada por las palabras antisemitas y revisionistas de su padre, Jean-Marie Le Pen.
A principios de semana, este último, condenado en múltiples ocasiones por incitación al odio racial, alabó en la radio el «buen resultado» obtenido por su hija en la primera vuelta de la presidencial. «Es la culminación de 45 años de batalla política», dijo.
Las tesis históricas ya surgieron durante la campaña, cuando Marine Le Pen afirmó a principios de abril que Francia «no era responsable» de la redada del Vel d’Hiv (redada del velódromo de invierno), que llevó a la deportación de judíos bajo las órdenes del poder francés en julio de 1942.
Una página entera, publicada este viernes por la asociación de ‘Hijos e Hijas de los Judíos Deportados de Francia’ en el diario Libération, recuerda el pasado para preocuparse del futuro, y titula «¿El FN en 2017? No, jamás. Contra Le Pen, vota Macron».
Coincidencias del calendario, el centrista Emmanuel Macron se desplazará este viernes por la tarde a Oradour-sur-Glane, una pequeña localidad del centro de Francia en la que una unidad de la Waffen SS masacró a 642 habitantes el 10 de junio de 1944.
– «Los malos vientos» –
«Cuando se tiene enfrente a una candidata que cambia lo que dicho sobre el Vel d’Hiv, que es la heredera directa de alguien que ha apoyado el negacionismo, que se ha construido políticamente contra el general De Gaulle, por supuesto que tiene sentido ir a Oradour», declaró antes de su visita a un periódico local.
Desde la primera vuelta, los dos candidatos se enfrenta en un intenso duelo. Le Pen continúa a la caza de los votos de los desencantados de la primera ronda, de derecha y de la izquierda radical, para intentar demostrar que las encuestas se equivocan al darla por perdedora el 7 de mayo frente a Macron.
Le Pen espera especialmente un apoyo o una adhesión de Nicolas Dupont-Aignan, candidato antieuropeo que computó un 4,7% de los sufragios en la primera vuelta.
La extrema derecha busca también seducir a una parte del electorado del candidato de la izquierda radical, Jean-Luc Melenchon, que no dio ninguna consigna de voto para la segunda cita electoral, y que explicará su posición en un discurso en internet.
El ex alcalde socialista de París Bertrand Delanoë apeló a la «responsabilidad» de los que no voten el 7 de mayo para bloquear el paso del FN.
Por su parte, el presidente François Hollande, en un viaje al oeste de Francia, pidió «ahuyentar los malos vientos» del «nacionalismo» y del «repliegue». El jefe de Estado pidió el lunes votar por Emmanuel Macron, que recibió igualmente el apoyo del expresidente de derecha Nicolas Sarkozy. AFP