El impacto económico total de la violencia en México en 2014 fue de 3 billones de pesos, lo cual equivale al 17.3 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) del país. Esto representó un costo de 24 mil 844 pesos por persona, estimó el Institute for Economics and Peace (IEP) en su reporte Índice de Paz México 2015.
El reporte dice que los estados con el mayor impacto económico de la violencia per cápita son Guerrero, Morelos, Baja California y Tamaulipas; el impacto económico por persona en Guerrero es de 43 mil 666 pesos.
De acuerdo con el informe del Think Tank, la diferencia en el PIB per cápita entre los 16 estados más pacíficos y los 16 estados menos pacíficos en 2003 fue de 35 por ciento, un aumento del 58 por ciento con respecto a 2014.
“Si los estados menos pacíficos tuvieran el mismo crecimiento económico que los estados más pacíficos, la economía mexicana hubiera sido 13 por ciento más grande en 2014″, dice el documento.
El Índice de Paz refiere que en los dos últimos años el nivel de paz mejoró en 26 de 32 estados de México. Sin embargo, dice que “aunque la paz está mejorando en México, aun es el país menos pacífico de Centroamérica”.
El informe dice que los estados con los niveles más altos de paz son: Hidalgo, seguido por Yucatán, Querétaro, Campeche, y Tlaxcala. A nivel regional, se encontró que el sureste de México es la zona más pacífica. El estado menos pacífico es Guerrero, seguido de Morelos, Sinaloa, Michoacán y Guanajuato.
De acuerdo al Índice Metropolitano de Paz, las ciudades menos pacíficas son: Culiacán, Chilpancingo, Tecomán, La Laguna y Acapulco.
“México sigue figurando en los titulares internacionales por sus niveles de violencia. Sin embargo, hay razones para sentir esperanza; en los últimos cuatro años ha disminuido el número de homicidios, en tanto que los factores que dan sustento a las sociedades pacíficas indican que el nivel real de paz de México podría ser mucho más alto. Las áreas de mayor importancia son el combate a la corrupción y la mejora del sistema judicial”. Aubrey Fox, Director Ejecutivo, Instituto de Economía y Paz.
El estado menos pacífico es Guerrero, seguido de Morelos, Sinaloa, Michoacán y Guanajuato. Foto: Institute for Economics and Peace.
El Índice dice que si México fuera más pacífico, “el gasto en contención de la violencia podría destinarse a áreas más productivas como infraestructura, innovación o educación. Como tales, los beneficios de un dividendo de paz para México podrían ser muy grandes”.
El Institute for Economics and Peace explica que algunos de los factores no considerados en el estudio incluyen robos con allanamiento, violencia doméstica, seguros contra lesiones y sistemas de alarma.
Dice que su estimado refleja que en 2014 México resultó ser ligeramente más pacífico, con una baja en las tasas de homicidios y delitos con violencia, lo cual reduce el impacto económico de la violencia. Sin embargo, agrega, “dicho impacto sigue siendo significativo y continuo, como lo demuestran los costos de la violencia, aún considerablemente más altos que en 2007, antes de iniciar el combate contra las drogas”.
“El análisis también incorpora el gasto de las fuerzas militares, ya que el propósito de éstas es frenar la violencia o controlarla. Las fuerzas militares de México han participado intensamente en el combate a la violencia, como parte del combate contra las drogas”, se lee en el documento.
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Dice que “la violencia y el miedo a la violencia influyen en los individuos y en las sociedades de diversas formas”. Refiere que los costos directos del impacto emocional y físico en el corto plazo pueden manifestarse en pérdida de días laborables o en una reducción de la productividad.
“Consecuentemente, hay un alto impacto a largo plazo sobre las víctimas de la delincuencia, en particular la baja en resultados económicos, el trauma psicológico y el miedo. Finalmente, los costos directos asociados al daño a la propiedad y los gastos médicos. Las altas tasas de delincuencia y violencia propician una sensación de miedo que afecta la calidad de vida en el día a día y las decisiones económicas que las personas hacen”, dice.
El reporte indica que el impacto económico de tres billones de pesos en 2014 está compuesto por los costos directos e indirectos de la violencia y de un multiplicador uno a uno que representa los beneficios económicos adicionales que se desencadenarían de la actividad económica adicional que fluiría si no ocurriera la violencia.
Precisa que el costo de homicidios fue el que más contribuyó y representó 37 por ciento del impacto económico total de la violencia. En 2014, dice el informe, los homicidios, los delitos con violencia, el costo para las empresas y la delincuencia organizada constituyeron 85 por ciento de los costos totales de contención de la violencia.
De este porcentaje, un 34 por ciento correspondió a delitos con violencia, un 8 por ciento fue el costo para las empresas y el 6 por ciento se atribuyó a delincuencia organizada. A estas cifras le siguen los costos del sistema judicial y de las fuerzas militares, cada uno con 4 por ciento.
El reporte indica que desde 2003 ha habido un gran aumento en el gasto total en violencia, que fue de 1.34 billones a 1.8 billones de pesos en 2014. Sin embargo, dice que en 2014 el impacto directo e indirecto de la violencia bajó 8 por ciento en comparación con 2013.
“El principal factor es el costo asociado con homicidios, dado que el número de homicidios disminuyó durante tres años consecutivos. Los delitos con violencia y la delincuencia organizada son también factores que contribuyen de manera importante a la baja”, dice el documento.
Explica que los mayores costos directos corresponden al costo de la delincuencia organizada. Dice que en general, el costo de la delincuencia organizada se incrementó 142 por ciento de 2003 a 2014.
El costo del sistema judicial es el segundo factor que más contribuye a los costos directos de la contención de la violencia y también aumentó considerablemente en años recientes. Los costos directos del sistema judicial subieron al máximo en 2014 a 130 mil millones de pesos a partir de un previo nivel alto de 122 mil millones de pesos en 2013.
Refiere que en cuanto a los costos indirectos de la violencia, estos se incrementaron 88 mil 300 millones de pesos desde 2003, sobre todo como consecuencia de los aumentos en homicidios y pérdidas comerciales.
De 2003 a 2014 los costos indirectos de los homicidios se elevaron en 107 mil millones de pesos. Sin embargo, el informe señala que los costos indirectos de los delitos con violencia bajaron 40 mil millones de pesos.
“La naturaleza de estos costos significa que es probable que ejerzan un efecto material en la economía con el paso del tiempo, que se distribuyan de forma desequilibrada y afecten a los estados de manera diferente”, dice el texto.