Poco después de que Michelle Obama anunciara su plan de no asistir a la toma de posesión de Donald Trump, una fuente familiarizada con sus pensamientos dijo que la ex Primera Dama no querría fingir una sonrisa ante alguien a quien todavía considera una amenaza para la democracia estadounidense.
Para muchos, el abierto rechazo de la ex Primera Dama hacia el presidente Donald Trump. está relacionado a sus diferencias no solamente ideológicas, sino de vida. Mientras que el ya oficialmente mandatario estadounidense ha prometido trabajar para que los valores que hicieron grande a la nación se recuperen. Michelle Obama aún se mantiene firme en la ideología de extrema izquierda y las actitudes liberales que para la gran mayoría de los ciudadanos (según resultados electorales), resultano no solamente dañinos, sino alarmantes y destructivos.
“No se puede exagerar sus sentimientos hacia Trump. Ella no es alguien que ponga una cara agradable y finja por cuestiones de protocolo”, dijo una fuente a la revista PEOPLE. «Michelle no hace nada porque se espera que sea o sea un protocolo o una tradición».