El Papa Francisco aseguró que América Latina tiene enormes potencialidades pero también padece graves problemas, al encomendar a la Virgen de Guadalupe los frutos de su reciente viaje por esa región.
En su primera aparición pública tras su gira apostólica por Ecuador, Bolivia y Paraguay -que tuvo lugar del 5 al 12 de julio- Francisco rezó junto a miles de personas el Angelus pero antes recordó su viaje sudamericano.
Aseguró que haber sido guiado en su visita papal por el espíritu de Jesús, buen pastor, y agradeció a Dios, «con todo el corazón» por «ese regalo».
«El continente latinoamericano tiene grandes potencialidades humanas y espirituales, custodia valores cristianos profundamente enraizados, pero vive también graves problemas sociales y económicos», constató.
Precisó que para contribuir a la solución de esas dificultades, la Iglesia católica está empeñada en movilizar las fuerzas espirituales y morales de sus comunidades, colaborando con todos los componentes de la sociedad.
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A las miles de personas que se congregaron en la Plaza de San Pedro, no obstante el infernal calor del verano romano, Jorge Mario Bergoglio -improvisando al inicio de su mensaje- las felicitó por ser «valientes».
A los pueblos de los tres países que visitó les dio las gracias «por su afectuosa y calurosa bienvenida y entusiasmo», a las autoridades de estos países les renovó su reconocimiento «por la acogida y colaboración» y destacó el calor en la participación de todas las poblaciones.
«Con estos hermanos y hermanas he alabado al señor por las maravillas que ha obrado en el pueblo de Dios en camino en esas tierras, por la fe que ha animado y anima su vida y su cultura. Y lo alabamos por las bellezas naturales con las cuales ha enriquecido a estos países», contó.
«A la materna intercesión de la Virgen María, que la entera América Latina venera como patrona con el título de Nuestra Señora de Guadalupe, confío los frutos de este inolvidable viaje apostólico», apuntó.
