
Los libaneses están convocados a las urnas este domingo para votar en las primeras elecciones legislativas en nueve años, unos comicios que no deberían alterar el orden político en este país, donde los equilibrios son frágiles, sometidos a la ruda prueba del inestabilidad de la región.
Los recintos de votación abrirán a las 07H00 (04H00 GMT) para recibir a cerca de 3,7 millones de electores, en un ambiente marcado por las fuertes medidas de seguridad.
X-rays and photon absorptiometry tests are sued to identify viagra for Osteoporosis. They may be well in physical health, but have poor buy viagra in usa emotional response to their partners in bed. One can generic cialis pills buy these herbal pills to treat low sperm count and enjoy enhanced sexual pleasure with your female. free prescription viagra You can avail free shipping facility with order Penegra online: The reputed online pharmacies are quite cheaper.
El parlamento, compuesto por 128 diputados, debería estar dominado por los partidos tradicionales, entre los que figura el poderoso Hezbolá chiita, un aliado de Siria y de Irán.
En los últimos años, el país vivió sumido en varias crisis política, que logró capear apenas para evitar que la situación derivara en estallidos de violencia, está en un entorno geográfico sensible, con la guerra de Siria en su frontera y con Israel a un poco más de 100 kilómetros de la capital.
Entre 20.000 y 30.000 policías y soldados serán desplegados para garantizar la seguridad de las votaciones, anunció el ministerio de Interior del país, que en los últimos años sufrió varios atentados mortales.
Pese a que la clase política está acusada de corrupción y de nepotismo, que son los mismos partidos los que se pasan la pelota desde hace tiempo y la economía sigue tambaleándose, la población no espera que estas elecciones alumbren un cambio significativo.
La campaña se desarrolló sin incidentes y en todo el país, los carteles electorales cubrieron las vallas publicitarias con las fotos de los candidatos, entre los que hay muy pocas mujeres aunque se hayan presentado un récord de 86 candidatas.
Pese a las profundas divergencias y a veces, animadversión entre los diferentes sectores, las decisiones políticas de envergadura son la mayoría de las veces adoptadas por consenso entre fuerzas políticas rivales.
– Hezbolá –
Los analistas proyectan que Hezbolá, la única formación que no abandonó las armas después de la guerra civil (1975-1990), debería seguir dominando el tablero político.
Este grupo chiita debería además verse favorecido por la fragmentación del paisaje electoral.
«El nuevo parlamento no va a ser una fuente de molestias para Hezbolá. Se va a beneficiar de la ausencia de una amplia coalición que le haga frente», confirmó Imad Salamey, politólogo de la Universidad Americana de Beirut.
Las últimas legislativas en el Líbano se remontan a 2009. El parlamento prorrogó en tres ocasiones su mandato, aludiendo los riesgos de seguridad vinculados al desbordamiento de la guerra en Siria.
Hay cerca de 597 candidatos en 77 listas en competencia, que marcaran las primeras legislativas organizadas por el sistema proporcional.
Pero también influye en la elección un sistema de cuotas no escrito.
En Líbano, según una regla no escrita, los tres cargos más importantes del Estado se atribuyen a un cristiano maronita (presidente), un musulmán sunita (primer ministro) y un musulmán chiita (jefe del Parlamento). Toda la vida política se organiza alrededor del sutil reparto confesional entre las múltiples comunidades.
Los 1.880 recintos de votación van a cerrar a las 19H00 (16H00 GMT) y los resultados podrían ser anunciados al día siguiente en las 15 circunscripciones.
– Temas espinosos –
Una nueva ley electoral de 2017 incita a los candidatos de la sociedad civil a intentar entrar en las instituciones.
Un caso destacado es la coalición de independientes «Koullouna Watani», que invita a los electores a movilizarse contra los políticos tradicionales.
Líbano, que acoge a 1,5 millones de refugiados llegados desde Siria, no ha escapado a las consecuencias del conflicto.
Hezbolá interviene ahí militarmente al lado del régimen sirio y aunque este compromiso divide a la clase política, los candidatos evitaron hablar de la cuestión de su arsenal militar, un tema espinoso.
Su gran rival, el primer ministro sunita Saad Hariri, que en noviembre de 2017 anunció su dimisión sorpresivamente desde Arabia Saudita, debería conservar su puesto, aunque su formación, Corriente del Futuro, se arriesga a perder muchos escaños.
El próximo parlamento deberá hacer frente a varias cuestiones políticas, sociales y económicas de gran envergadura, ya que el país sufre cortes eléctricos periódicos desde hace años, la falta de agua es habitual y desde hace tres años perdura un conflicto para gestionar la basura que genera crisis cíclicas.
Además Líbano tiene prevista lanzar sus primeras exploraciones de hidrocarburos en el Mediterráneo, un posible salvavidas financiero para ayudar a un país que vive ahogado por una deuda pública colosal de 150% del PIB, la tercera más alta a escala mundial. AFP