La diplomacia internacional parece no querer oír hablar de otra guerra en Libia y mucho menos con tropas extranjeras en tierra, lo que conduciría a la «afganización» de un país enormemente fragmentado. Pero, al mismo tiempo, crece la preocupación por la expansión del Estado Islámico (EI) en el continente africano. En todo caso, casi nadie cree que, a corto plazo, se vaya a reabrir un conflicto armado internacional en la orilla sur del Mediterráneo en un momento en el que se intenta por todos los medios apagar las llamas del conflicto en Ucrania. La aviación de la OTAN fue clave para derrocar a Muamar Gadafi en 2011, pero lo que vino después no es más que violencia, inestabilidad y caos. Pura anarquía.
«Por mucho que se plantee una intervención contra el EI, sin arreglo político no habrá solución», entiende la jefa del área Mundo Árabe y Mediterráneo del IEMed (Instituto Europeo del Mediterráneo), Lurdes Vidal. Champix Varenicline is a really effective drug that has already been named as a weekender solution by many medical viagra for women australia practitioners and authorities. A little ten minute cialis 40mg walk at lunch can make wonders for your circulatory system and even tone. What viagra cheap canada we need to do is to take timely treatment if the symptoms of this disease are severe. By the mid-30’s of typical US ladies, about 25% free levitra samples visit these guys now [that is 1 in 4] stay infertile. El panorama es sin embargo no apto para el optimismo, al menos a corto plazo. En Libia existen dos gobiernos enfrentados(el de Trípoli alineado además con los islamistas radicales), existen innumerables tribus con intereses particulares, existen decenas de milicias armadas heredadas de la guerra civil y existen diversos grupos yihadistas que han llegado, incluso, a matar al embajador de Estados Unidos.
Nada de esto ha logrado poner sobre la mesa de la comunidad internacional la posibilidad seria de una nueva intervención armada en el país magrebí desde que hace cuatro años estalló la revolución. Esa posibilidad ha empezado a sopesarse únicamente tras el vil asesinato por decapitación de 21 cristianos coptos de nacionalidad egipcia a manos de terroristas del Estado Islámico en una playa del Mediterráneo libio. Todo ello cruelmente documentado en un macabro vídeo en el que el líder, enmascarado y con el cuchillo ensangrentado tras la carnicería, señala al mar mientras asegura: «Conquistaremos Roma, si dios quiere».