La Iglesia católica mexicana llamó este domingo al Gobierno a revisar su estrategia de seguridad, tras los asesinatos de dos sacerdotes jesuitas y un guía de turistas, ocurridos el pasado lunes en el estado de Chihuahua, y señaló que en el país corre un río de sangre por la creciente violencia e impunidad.
El lunes, Javier Campos Morales, de 79 años, y Joaquín Mora Salazar, de 80, intentaron auxiliar y brindar protección al guía de turistas Pedro Palma, quien entró en la iglesia huyendo de personas armadas, por lo cual fueron asesinados.