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La llamada «marcha de los abuelos» fue bloqueada en el sector de Chacaíto (este de la ciudad) por agentes provistos de escudos, lo que originó un forcejo con los manifestantes, observaron periodistas de la AFP.
Exaltados, algunos hombres mayores lanzaron golpes y gruesos insultos a los uniformados, entre ellos muchas mujeres, que permanecieron impasibles.
«¿Vas a golpear a tus papás? ¡Somos una pila de viejos!», gritaron algunos a los policías, que dispersaron gas pimienta para hacer retroceder a la multitud.
La marcha continuó por otra ruta hacia su destino, la Defensoría del Pueblo, como resultado de un acuerdo entre un oficial y los participantes, pero volvió a ser bloqueada en una zona donde había tanquetas militares.
Las protestas opositoras iniciadas el 1 de abril, con saldo de 38 muertos, no han logrado llegar al corazón de la capital, donde se ubican el palacio presidencial de Miraflores y las sedes de los poderes públicos.
«Fue horrible, nos tiraron gas pimienta en la cara. No tienen compasión ni de los viejitos», dijo a la AFP Sandra Franchi, de 65 años.
El gobierno realiza una concentración de adultos mayores en el centro de Caracas, en la que participará Maduro, quien el jueves despidió a su ministra de Salud, Antonieta Caporale, tras la divulgación de cifras oficiales esta semana que mostraron un deterioro en salud pública.
-«Ya hemos vivido suficiente» –
En choques cada vez más frontales, los antimotines suelen lanzar bombas lacrimógenas y chorros de agua a presión, a los que jóvenes manifestantes, encapuchados y con escudos de madera y metal, responden con piedras, cócteles molotov, bombas de pintura y hasta de excrementos.
«Estoy aquí porque no tengo medicinas y la pensión no me alcanza para nada», declaró a la AFP Carlos Rivas, de 67 años, con unas cajas de medicamentos vacías.
Desde que estallaron las protestas el 1 de abril para exigir la salida de Maduro -elegido hasta 2019-, los disturbios dejan además centenares de heridos y detenidos, de los cuales un centenar fueron enviados a prisión por orden de tribunales militares.
Las protestas tienen como caldo de cultivo el malestar popular ante la severa escasez de alimentos y medicinas. Según encuestas privadas, siete de cada diez venezolanos rechaza la gestión de Maduro.
Como reflejo de la crisis, la mortalidad infantil aumentó 30,12% en 2016 y la materna un 65%, mientras repuntan enfermedades como la malaria, según cifras oficiales divulgadas esta semana, tras lo cual la ministra Caporales fue separada del cargo el jueves.
El gobierno reivindica haber otorgado seis millones de pensiones, pero la oposición asegura que han sido carcomidas por la voraz inflación, que según el FMI podría cerrar este año en 720%.
Mujeres, estudiantes universitarios y artistas también han marchado en estas semanas para pedir elecciones generales y en rechazo a una Asamblea Nacional Constituyente que convocó Maduro el 1 de mayo.
Emilio Lozada, presidente de la Federación de Pensionados y Jubilados de Venezuela, aseguró que la marcha será por «los nietos, contra la represión y la Constituyente».
«A esos policías que pueden ser nuestros hijos o nietos les pedimos que no actúen en contra de nosotros porque ya hemos vivido suficiente y nuestra vida se puede quedar en el camino, pero lograremos el objetivo», advirtió Benítez.
El jueves, vestidas de negro y con flores, unas 1.000 personas marcharon tras la muerte de Miguel Castillo, de 27 años, quien un día antes había recibido un disparo en una manifestación en Caracas.
En la noche del jueves, Maduro aseguró que esa muerte está siendo investigada y acusó a la oposición de declarar una «insurgencia armada» para darle un «golpe de Estado».
– A caballo o en moto –
Según Maduro, para «lograr la paz» y «derrotar a los violentos» impulsa una Constituyente «popular», que la oposición considera un «fraude constitucional» para evadir elecciones y afianzarse en el poder.
«Nada ni nadie nos va a detener, lograremos neutralizar esta emboscada. Venezuela exige que cese la ‘guarimba’ (protesta violenta), el llamado al golpe de Estado», advirtió el presidente socialista.
El gobierno acusa a Estados Unidos de financiar y dar «apoyo logístico» a los «grupos violentos» de la oposición, y afirma que la «violencia vandálica y extrema» también se debe a decisiones «intervencionistas» de la Organización de Estados Americanos (OEA).
La oposición mantiene repleta su agenda de protestas y convocó para el sábado a caravanas de vehículos en todo el país, y el domingo a una marcha con motivo del Día de la Madre.
«En carro, lancha, tractor, autobús, caballo, moto, bicicleta, camioneta y a pie gritaremos en una sola voz: Venezuela en rebelión», anunció.
Desde Caracas, el recorrido cubrirá unos 200 km hasta Campo de Carabobo, paseo construido en el lugar donde se libró la definitiva batalla por independencia venezolana. AFP