PARÍS, Francia.- Los pasajeros a los que sólo les quedaban unos momentos de vida gritaron aterrorizados y el piloto golpeaba frenéticamente la puerta de la cabina de mando mientras el copiloto dirigía el Airbus con 150 personas a bordo hacia una ladera de los Alpes.
El recuento difundido el jueves sobre los últimos momentos del vuelo 9525 de la compañíaGermanwings provocó que algunas líneas aéreas impusieran inmediatamente normas más estrictas en las cabinas de mando, y generaron interrogantes angustiantes sobre el móvil del copiloto alemán de 27 años, cuya respiración nunca se alteró hasta que desintegró el avión y a todos sus ocupantes.
«No tenemos idea de la razón», dijo el fiscal Brice Robin en Marsella al revelar las escalofriantes conclusiones alcanzadas por los investigadores tras reconstruir los últimos minutos del vuelo a partir de la grabadora de voces de la aeronave. La intención del copiloto Andreas Lubitz era «destruir este avión».
La fiscalía de Marsella sostuvo este jueves que el copiloto del avión siniestrado impidió al comandante entrar en la cabina, accionó «de manera deliberada el descenso» del aparato y tuvo la «voluntad de destruir» la aeronave.
Vuelos trágicos
De confirmarse, no se trataría del primero caso en la historia de la aviación comercial de aviones estrellados por sus pilotos.
Japan Airlines
El 9 de febrero de 1982, cuando un DC8 de dicha aerolinea cayó al mar poco antes de aterrizar en el aeropuerto Haneda de Tokio por culpa de una maniobra equivocada hecha deliberadamente por el comandante, Seiji Katagiri.
La comisión de investigación estableció que el hombre, que sufría de trastornos nerviosos, había invertido el impulso de los motores a 300 metros de la pista, pese a que dos miembros de la tripulación intentaron intervenir, y el avión cayó al mar. En el accidente murieron 24 personas y 150 resultaron heridas.
EgyptAir
En octubre de 1999, el vuelo 990, que había partido de Nueva York con destino a El Cairo con 217 personas a bordo, cayó al Océano Atlántico, ante la isla de Nantucket, en el estado de Massachusetts, poco después de despegar.
La investigación de la agencia federal estadounidense que investiga los desastres aéreos (NTSB) estableció que el vuelo fue saboteado intencionalmente por Gameel El-Batouty, el copiloto, que tenía propósitos suicidas.
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Royal Air Maroc
En agosto de 1994, un avión Atr-42 que se dirigía a Casablanca con 44 personas a bordo, se estrelló cerca de Agadir.
El contenido de la caja negra que graba las conversaciones de cabina reveló que el comandante, Younis Khayati, fue quien causó el siniestro, pese a los intentos desesperados de la copiloto, Sofia Figuiqui, que trató en vano de detenerle tras haber lanzado tres veces las señales de alarma.
Dimensión incomprensible
Funcionarios franceses, alemanes y estadounidenses dijeron que no hay indicios de que se haya tratado de un acto terrorista. El fiscal no dio detalles sobre por qué los investigadores no sospechan un móvil político; en lugar de ello, están enfocándose en el «ambiente personal, familiar y profesional» del copiloto para intentar determinar la razón que lo impulsó a hacerlo.
La canciller alemana Angela Merkel, cuya nación perdió a 75 personas en el vuelo, dijo que las conclusiones ponen a la tragedia en una «nueva dimensión, simplemente incomprensible». Las devastadas familias de las víctimas visitaron el lugar del choque el jueves y miraron a través de una ventosa pradera en dirección a donde murieron sus parientes.
El Airbus A320 se dirigía de Barcelona a Duesseldorf el martes cuando perdió contacto por radio con los controladores de tráfico aéreo y comenzó a descender de su altitud de crucero de 38,000 pies (11,500 metros) para estrellarse contra la ladera de una montaña ocho minutos después.
Un análisis de datos del transpondedor realizado por Flightradar24, un servicio de rastreo de vuelos, mostró que el piloto automático fue recalibrado para llevar el avión de 38,000 a 100 pies.
El fiscal explicó con detalles horripilantes los últimos sonidos que se escucharon en la cabina de mando, extraídos de la maltrecha grabadora de voz.
Lubitz, cortés en la primera parte del viaje, se volvió «seco» cuando el capitán inició la sesión informativa a medio vuelo en torno al aterrizaje programado, dijo Robin.
El piloto, cuyo nombre no ha sido dado a conocer, salió de la cabina de mando aparentemente para ir al baño, y Lubitz asumió el control de la aeronave. Repentinamente inició un descenso manual, y el piloto comenzó a golpear la puerta.