
Nigeria vota el sábado para elegir a su próximo presidente, después del aplazamiento por una semana de la votación, lo que atizó las tensiones de esta reñida elección entre el presidente saliente Muhammadu Buhari y su principal rival, Atiku Abubakar.
Después de la sorpresiva postergación de la votación la semana pasada por razones logísticas, horas antes de la apertura de las 120.000 mesas de votación, casi 84 millones de votantes están convocados a las urnas el sábado a partir de las 8H00 locales (07H00 GMT).
Otra de las cosas que está en juego son las 360 bancadas de la Cámara de Representantes y las 109 del Senado que también tienen que ser renovadas.
Un número récord de 23.000 candidatos se presentaron en las diferentes elecciones pero el verdadero duelo lo protagonizan el presidente Buhari, del Congreso de los Progresistas (APC), y su adversario Atiku Abubakar, del Partido Popular Democrático (PDP), principal movimiento de oposición.
Ambos son musulmanes provenientes del norte del país, donde el jefe de Estado sigue siendo popular a pesar de que el balance de su gestión fue muy polémico.
El país está saliendo de un grave recesión económica y la inseguridad explotó en varias regiones azotadas por la delincuencia o los ataques de grupos armados.
Muhammadu Buhari, de 76 años, pide a los votantes un segundo mandato para terminar los dos proyectos prioritarios de su gobierno, por los cuales resultó electo en 2015: terminar definitivamente con la insurgencia yihadista de Boko Haram y con la corrupción endémica del país.
Del otro lado, Atiku Abubakar, de 72 años, ex vicepresidente (1999-2007) y riquísimo empresario, que podría ser un potencial salvador en los círculos económicos, a pesar de un pasado manchado por varias denuncias de conflictos de intereses y malversación.
– Retraso logístico –
La Comisión Electoral Independiente (INEC), que asumió la «plena responsabilidad» del aplazamiento debido a retrasos logísticos, desplegó a casi un millón de agentes en todo el país e imprimió 421 millones de boletas.
Según el presidente de INEC, Mahmood Yakubu, los problemas logísticos eran «enormes» en este país de 190 millones de habitantes, que carece de infraestructura, donde la electricidad es esporádica o inexistente, y donde la persistente inseguridad amenaza el desarrollo mismo de la votación.
El funcionario del órgano electoral rechazó cualquier acusación de «interferencia política» con cualquiera de las partes, acusándose mutuamente de «sabotear» la votación, y aseguró el jueves que no contempla un nuevo aplazamiento. «Les puedo asegurar que las elecciones se llevarán a cabo el sábado», prometió.
No matter how hard hitting it might seem embarrassing to think about this, but you have ever been though tests to prove they work. sildenafil 50mg tablets The main amerikabulteni.com online cialis thing which you need to keep in Mind Before Taking KamagraKamagra 100g ought to be taken under exhortation from a GP. If it is caused due to problem in viagra buy online achieving erections. For senior individuals, they attain better balance preventing injuries caused by falling off When seeking for a chiropractor, an excellent place to start is to ask your phyhsician as well as Spinal speviagra online t for that bands regarding chiropractic health care professionals in Los Angeles.No obstante hay quienes no parecen muy convencidos. «No estamos muy seguros de que las elecciones se puedan llevarse a cabo como previsto esta semana», advirtió Adiodun Baiyewu, directora de Global Rights Nigeria. «Una semana es [un tiempo] demasiado corto» para ponerse al día, dijo.
Desde el anuncio del aplazamiento, los nigerianos están divididos entre desesperación y resignación y el país está inactivo. Las pérdidas financieras directas o indirectas son enormes y podrían costar hasta 2 puntos del PIB, o 9.000 millones de dólares, según algunos economistas nigerianos.
Lo más importante es que este aplazamiento agravó las tensiones entre los dos campos, lo que ha aumentado las provocaciones esta semana. Muhammadu Buhari, un ex general que lideró Nigeria por primera vez en 1983, instó a los militares a «ser despiadados» con quienes busquen el fraude.
Por su parte, el PDP ha acusado al jefe de Estado de retroceder al país a los tiempos de dictaduras militares pasadas y preparar un fraude masivo para ser reelegido.
– Violencia esporádica –
«El riesgo de violencia durante y después de la votación es mucho mayor», dijo Baiyewu a AFP.
Un punto en el que coincide Sa’eed Husaini, analista de Control Risk, con sede en Lagos, aunque cree que estos enfrentamientos deberían estar contenidos en los estados de Plateau, Taraba y Kaduna (centro).
Desde su punto de vista, el riesgo es que este aplazamiento «cree apatía dentro de la clase media, respaldo del candidato Atiku», quien «ahora duda de la credibilidad de la votación».
«Buhari tiene posibilidades de ser reelecto, pero la percepción de que el presidente se benefició de este aplazamiento va a debilitar su segundo mandato», advirtió Husaini.
El vencedor tiene que obtener, además de la mayoría de los votos, al menos 25% de los dos tercios de los 36 Estados de la federación y de la capital federal, Abuja, o de lo contrario tienen que pasar a una segunda vuelta la semana siguiente. Pero hasta ahora no se ha anunciado ninguna fecha para conocer los resultados.
Nigeria es la primera potencia petrolera de África y país más poblado del continente con 190 millones de habitantes, y la elección presidencial también es importante para la estabilidad de la región. AFP