Con un paseo y una cena familiar en La Habana Vieja, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, cerró su primer día en Cuba, donde recibió un cálido recibimiento por parte de los ciudadanos que salieron a la calle deseosos de verle pese a la fuerte lluvia que cayó ayer en la capital del país.
Debido al mal tiempo, la ceremonia de encuentro de Obama con el personal diplomático estadounidense en Cuba y sus familias no se celebró en la Embajada de Estados Unidos al aire libre, como estaba previsto, sino en un salón del hotel Meliá Habana.
El paseo comenzó en la Plaza de Armas, donde la familia Obama estuvo contemplando la estatua de Carlos Manuel de Céspedes, uno de los líderes independentistas de la Isla.
Luego se dirigieron al Palacio de los Capitanes Generales, que fue el edificio del antiguo Gobierno colonial y que ahora alberga el Museo de la Ciudad.
Bajo una intensa lluvia y protegidos por paraguas, la familia presidencial llegó a la Plaza de la Catedral, donde Barack se detuvo brevemente a saludar a algunos de los ciudadanos que les esperaban en los edificios aledaños mientras su esposa, Michelle, caminaba agarrada del brazo de su madre, Marian Robinson.
Dentro de la catedral fueron recibidos en privado por el cardenal cubano y arzobispo de La Habana, Jaime Ortega.
Después, la comitiva presidencial se introdujo por las estrechas calles de Habana Vieja y Centro Habana, donde cientos de vecinos hicieron fotos desde balcones y puertas, y les recibieron con aplausos y vítores.
Para cerrar el día, la familia presidencial escogió cenar en privado en el restaurante privado “San Cristóbal”, ubicado en Centro Habana.
Poco antes de las nueve de la noche hora local, cuando los Obama se marcharon de Centro Habana, cientos de vecinos seguían en las calles para tratar de presenciar, aunque fuera de lejos, los coches y autobuses de la comitiva presidencial.
La familia pasó la noche en la residencia del embajador estadounidense en Cuba y para hoy el mandatario estadounidense tendrá una agenda repleta, que incluirá un encuentro con el mandatario cubano, Raúl Castro, y la participación en un foro con empresarios estadounidenses y emprendedores de la Isla.
Obama es el primer presidente norteamericano en ejercicio que visita Cuba en casi 90 años.
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DAMAS DE BLANCO
Dispersan a manifestantes
A pocas horas de la llegada del presidente Barack Obama a La Habana, decenas de activistas que protestaban encabezados por las Damas de Blanco, fueron detenidos y arrastrados hacia autobuses por agentes del Estado.
Los inconformes se concentraron en el Parque Mahatma Gandhi de la Quinta, contiguo a la iglesia de Santa Rita, para repudiar al Gobierno comunista antes de asistir a misa y marchar en silencio.
Su acto estuvo cargado de críticas al presidente de Estados Unidos por su supuesta condescendencia con el Gobierno de Raúl Castro.
“Obama ha llegado en un momento en que no debiera haber venido”, dijo la líder de la agrupación, Berta Soler.
Dirigiéndose al presidente, agregó: “usted expresó que vendría si había avances en derechos humanos, y eso no ha pasado”.
El mandatario estadounidense prometió que trataría directamente con Castro los “obstáculos” a los derechos humanos en la Isla, según una carta dirigida hace ocho días a las Damas de Blanco, una organización considerada ilegal en Cuba que surgió de la iniciativa de esposas de presos políticos.
Por la noche, algunos de los 60 opositores detenidos comenzaron a ser liberados, entre ellos figuran Soler y su esposo.
Soler explicó a los medios de comunicación que desconocía el número de liberados.
Según la disidente, algunas de sus compañeras le han explicado que quedaron en libertad pero vigiladas en el entorno de sus casas para impedirles salir.