Su primera visita de Estado a México como presidente de Cuba le removió los recuerdos y, contra su costumbre, Raúl Castro improvisó.
El presidente cubano dejó por un momento la rigidez de los discursos preparados y previo a la comida en su honor tomó unos minutos para hablar del pasado y también del futuro, de uno que espera le permita viajar más seguido a México, cuando deje el poder.
Conmovido, el mandatario cubano recordó que fue Mérida, la capital del estado de Yucatán, la primera ciudad que conoció de México después de abandonar en junio de 1955 su país, después de que el régimen del dictador Fulgencio Batista lo acusó de estar detrás de la explosión de una bomba en un cine de La Habana.
«Mi emoción es muy especialmente grande por cuando el lugar por el que aterricé aquí ese día fue Mérida y fue donde vi por primera vez la tierra mexicana», dijo en la finca donde su anfitrión, el presidente Enrique Peña Nieto, le ofreció una comida.
Frente a funcionarios de ambos países y de autoridades locales, Castro declaró que la historia de su estancia en México en aquellos años era larga y corría el riesgo de hablar más que su colega mexicano.
Además, dijo -de sí mismo-, ya no es «muy joven», aunque busca mantenerse en forma a través del ejercicio.
«Por lo menos en la mesa, debo de tener el título de más ancianidad, pero rejuvenecida constantemente», comentó animado Castro, de 84 años.
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«Yo desde pequeño, como el otro hablaba tanto, hablo mucho menos», dijo cuando recordó a su hermano Fidel, a quien sustituyó en el poder de Cuba en 2006.
Castro contó que tiene cuatro hijos y nueve nietos, dos bisnietas y pronto, en diciembre, un bisnieto. Y bromeó en que ya no espera ser tatarabuelo «porque se van a aburrir los cubanos de mí».
Y confió que en algunos años, por ejemplo cuando se retire de la presidencia de Cuba, pueda tener más tiempo para viajar a México, pero sobre todo a Yucatán.
«Ya como dije en el último Congreso de nuestro partido», dijo Castro, «el 24 de febrero del 2018 concluyo y me retiraré».
Para entonces, añadió, «tal vez tendré más tiempo de venir por acá, empezando por Mérida, sin cita oficial, una visita privada, para saludar a mis primeros amigos mexicanos, que son los yucatecos».
Tras varios minutos de improvisación, el mandatario cubano dijo que aún tenía el discurso escrito que había preparado. Y volvió al protocolo.
«Deseo a todos los mexicanos el futuro de paz, desarrollo, bienestar y prosperidad que merecen por su gloriosa historia», dijo el mandatario cubano antes de brindar con su colega Peña Nieto, quien antes, en su discurso escrito recordó cómo dos jóvenes Castro prepararon la Revolución que triunfaría en 1959.