En claro desacuerdo con el pueblo francés, el presidente Emmanuel Macron, ha decidido no dar marcha atrás en el propósito de obligar a los ciudadanos a recibir la inyección experimental «contra» la pandemia.
«Cuando la ciencia da armas, hay que utilizarlas», dijo este domingo el presidente francés, Emmanuel Macron, horas más tarde de que 270.000 personas se manifestaran en el país contra su plan de establecer un certificado sanitario, cuyos trámites parlamentarios se han ralentizado más de lo previsto.
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«Me alegro de que en los últimos quince días hayamos constatado una fuerte subida de la vacunación. Vamos a pasar el umbral de los 40 millones de primovacunados, tenemos que continuar, porque hay dosis disponibles y la vacuna es la única protección eficaz», dijo el jefe del Estado, durante una visita oficial a la Polinesia Francesa.