Más de 400.000 personas se han visto forzadas a dejar sus hogares en el noroeste de Siria, zona bajo control rebelde que está siendo blanco de bombardeos del régimen y de Rusia, su aliado, durante los últimos tres meses, anunció este viernes la ONU.
Gran parte de la provincia de Idlib está controlada por los yihadistas de Hayat Tahrir al Sham (HTS, antiguo brazo sirio de Al Qaida). También están presentes otras facciones rebeldes y yihadistas.
Con la ayuda de la aviación rusa, el régimen sirio del presidente Bashar al Asad bombardea casi a diario desde finales de abril esta provincia y las zonas adyacentes en las provincias limítrofes de Alepo, Hama y Latakia.
«Más de 400.000 personas han sido desplazadas desde finales de abril», afirmó a la AFP un portavoz de la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (Ocha), David Swanson.
Los desplazados se fueron sobre todo del sur de la provincia de Idlib y del norte de la de Hama, según un comunicado de Ocha. Suelen ir a los sectores situados más al norte.
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Casi la mitad de los tres millones de habitantes de Idlib y de su región ya han abandonado sus hogares en el pasado para huir de los combates en otras zonas de Siria o para no quedarse en las localidades reconquistadas por el régimen.
La zona está siendo bombardeada pese al acuerdo concluido en septiembre de 2018 entre Rusia y Turquía (que respalda a algunos grupos rebeldes) para evitar precisamente una ofensiva de gran alcance contra Idlib.
En casi tres meses, más de 730 civiles, de los cuales más de 180 niños, murieron en los bombardeos del régimen o de Rusia contra Idlib, según el último balance de la oenegé OSDH.
La guerra en Siria comenzó en 2011 tras la represión brutal del régimen sirio contra manifestantes que pedían democracia y hasta el momento ha causado más de 370.000 muertos y millones de desplazados. AFP