Términos como «colombianización», «cubanización» y «mexicanización» no han llegado por ahora al Diccionario de la Real Academia Española como sí lo hizo en su día «balcanización», pero ya tienen en su haber un historial de polémicas en el que aparece hasta elpapa Francisco.
Hace dos meses el Gobierno mexicano se molestó por el hecho de que el Sumo Pontífice hablara de la «mexicanización» de Argentina, como hace años les disgustaba a los colombianos que se dijera que México se estaba «colombianizando».
«Mexicanización» y «colombianización» son términos usados hoy en día para un mismo fenómeno: el empoderamiento del narcotráfico y la criminalidad y su penetración en las estructuras del Estado, junto a un notorio aumento de la violencia.
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Sin embargo, hace años el significado de «mexicanización» era muy distinto, pues hacía alusión a trampas electorales, al uso de la maquinaria gubernamental en favor del candidato oficial y a la permanencia ininterrumpida en el poder del Partido Revolucionario Institucional (PRI) durante siete décadas.
«Esto es una ‘mexicanización’, pues parece una elección democrática pero en el fondo no lo es», dijo Luiz Inácio «Lula» da Silva en 1994, cuando era candidato a la presidencia de Brasil y tenía como adversario a Fernando Henrique Cardoso, quien fue el ganador de aquellos comicios.
También empleó el término el escritor mexicano Carlos Fuentes para referirse a las elecciones del año 2000 en Estados Unidos, en las que resultó ganador George W. Bush, después de mucho suspense y muchos problemas con el recuento de votos en Florida.
A medida que avanzaba el proceso, «los espectadores mexicanos nos preguntábamos si, derrotado en México, el PRI se había exportado a sí mismo a la Florida», escribió Fuentes en un artículo.
Cuando se empezó a hablar de la «colombianización» de México, los expertos que utilizaban ese término reconocían que era «estigmatizante» para los colombianos.
Aunque el narcotráfico no ha desaparecido, Colombia está hoy en día menos «colombianizada» que México.
Y viceversa
Sergio Ramírez, el escritor y exvicepresidente nicaragüense, no tuvo reparos en hablar de «colombianización» en la misma Colombia y ante el presidente de ese país, Juan Manuel Santos, al reclamar una despenalización de las drogas como solución contra el narcotráfico.
«Centroamérica tiene una posición trágica, geográficamente es un puente de la droga del sur al norte, no podemos quitarnos de ahí. La droga pasa por Centroamérica y, como México vivió la ‘colombianización’, ahora Centroamericana se esta ‘mexicanizando'», dijo Ramírez en el Hay Festival de Cartagena de Indias, en 2012.
Después de la polémica con el gobierno de Enrique Peña Nieto por haber advertido del riesgo de una «mexicanización» de Argentina, Francisco, el primer papa latinoamericano de la historia, opinó que ese termino es «técnico» y no tiene que ver con «la dignidad de México».
«Es como cuando hablamos de la balcanización, ni los serbios, ni los macedonios, ni los croatas se nos enojan. Ya se habla de balcanizar algo y se usa técnicamente y los medios de comunicación lo han usado muchas veces, ¿no?», dijo el pontífice en una entrevista exclusiva con la cadena mexicana Televisa en marzo pasado.
Según el Diccionario de la Real Academia Española, balcanización es la «desmembración de un país en territorios o comunidades enfrentados», como pasó en la antigua Yugoslavia.