
México vive la intensidad de una crisis política que se acumula al trance social y a un aprieto económico que está a sus puertas, independientemente que sea parte de la cuestionada Agenda 2030, ahora 2045 de la Organización de Naciones Unidas (ONU), y de los gobiernos y organizaciones globalistas.
Aún no se concluye en el país el tema del centro de reclutamiento y exterminio de Teuchitlán, en el estado de Jalisco, terror localizado por la agrupación denominada «Madres Buscadoras» y aparece un escándalo que pone al descubierto, en el ánimo ciudadano, la complicidad del régimen en el poder hacia presuntos delincuentes con cargo público.
En una sociedad en donde se utiliza el discurso para promover el respaldo al desarrollo personal y respeto a la mujer, la posición del oficialismo ha quedado con mayores cuestionamientos al encubrir a un presunto abusador de una mujer (entre otros cargos), que forma parte de la Cámara de Diputados nacional.
Se trata de un futbolista en retiro, Cuauhtémoc blanco, que al unirse al partido MORENA, ha logrado escalar cargos públicos que van desde presidente municipal, gobernador y hoy legislador nacional.
Hace apenas un par de días, se puso sobre la mesa de la Cámara de Diputados su proceso de desafuero para que enfrentara los cargos en su contra, pero claro, en este sistema eso no es posible y la aplastante mayoría entregada por los aparatos electorales (no por los ciudadanos), a los oficialistas partidos PT, Verde Ecologista y Morena, no permitieron que el acusado fuera despojado de su privilegio como legislador.
Este hecho, unido a el caso Teuchitlán y a un historial desde la aparición del gobierno social-comunista en el país, está destrozando a los que viven de la política por parte del oficialismo. Se vive una profunda crisis de rechazo ciudadano a gobiernos y legisladores oficialistas, que no representan los intereses ciudadanos, de acuerdo a lo que manifiestan los mexicanos en redes sociales y en las calles del país./www.tictacnews.us /E. ESGLOTAC